COVID España 15 junio 2020

COVID 2020 en España a 15 de junio de 2020

Unifico las dos entradas anteriores con esta última del Coronavirus en España.

Datos oficiales de Sanidad de fallecimientos POR Coronavirus 27.136

Territorio Población Defunciones
1 Andalucía 18,03 5,17
2 Aragón / Aragó 2,81 3,04
3 Asturies Principáu d’ / Asturias, Principao d’ / Asturias, Principado de 2,24 1,16
4 Canarias 4,56 0,56
5 Cantabria 1,25 0,74
6 Castilla La Mancha 4,38 10,85
7 Castilla y León 5,17 7,1
8 Catalunya / Cataluña 16,12 20,59
9 Euskadi / País Vasco 4,66 5,25
10 Extremadura 2,33 1,87
11 Galicia 5,79 2,24
12 Illes Balears 2,37 0,77
13 Madrid 14,13 32,03
14 Murcia 3,14 0,55
15 Nafarroa / Navarra 1,37 1,81
16 País Valencià / C. Valenciana 10,61 4,91
17 Rioja, La 0,68 1,33
Ceuta 0,18 0,01
Melilla 0,18 0,01

Es significativo el elevado impacto del Coronavirus en Madrid con un 14% de la población y el 32% de los decesos y una Tasa de Mortalidad 1,3 por cada mil habitantes, seguido a gran distancia por Catalunya 16% de la población y 20% de los óbitos y una TM de 0,7. Más preocupante ha sido la situación en Castilla La Mancha con una TM de 1,4, seguida de La Rioja con una TM de 1,146. Los restantes territorios que superan la TM 0,582 media de España fueron Castilla y León 0,8, Nafarroa / Navarra 0,765, Euskadi / País Vasco 0,655 y Aragón / Aragó 0,631. Estos 8 territorios con 22.253 defunciones han representado el 82% de las víctimas.

Con respecto a la Gripe de 1918 repiten con el COVID de 2020: Aragón, Castilla y León, Castilla La Mancha, La Rioja. No tiene el mismo comportamiento el virus pero parece preocupante su impacto en dcihos territorios. Mientras que es alarmante la incidencia en los territorios que tienen un mayor desarrollo económico (Madrid, Catalunya, Esukadi, Nafarroa), pero que no debe corresponderse con un mayor desarrollo social.

Sin prejuzgar parece que hay indicadores favorables al COVID. Indicador de edad (envejecimiento de la población), Indicador atención salud pública (privatización de la sanidad). Indicador territorial (impacto en zonas urbanas con altos niveles de contaminación). Indicador de enfermedades crónicas respiratorias (acelera el impacto del virus). Indicador de clase social (el deterioro de la atención pública a la salud incide especialmente entre los que cuentan con menos medios).

Sobre la transmisión del virus parece que hay indicadores favorables. Indicador contagio por contacto aéreo (proyección y depósito). Indicador de contacto directo (entre personas portadoras y receptoras) (entre medios materiales y personas receptoras).

 

 

Publicado con el Título (el 2 de abril de 2020 a las 12:31.): Epidemia y Endemia (1900 a 1929) II

En el apartado Epidemia y Endemia (1900 a 1929) I Establecí la importancia de las causas de mortalidad.

Ahora procede ver si fue equilibrada la Mortalidad territorializada en España en el año 1918.

Utilizó las lenguas reconocidas que se hablan en cada uno de los territorio, además del castellano para denominarlos.

Territorio

Población

Total

1 Andalucía

19,231%

20,413%

2 Aragó / Aragón

4,679%

4,771%

3 Asturies Principáu d’ / Asturias, Principao d’ / Asturias, Principado de

3,481%

3,346%

4 Canarias

2,478%

1,089%

5 Cantabria

1,545%

1,507%

6 Castilla La Mancha

7,899%

7,925%

7 Castilla y León

11,456%

14,547%

8 Catalunya / Catalonha / Cataluña

10,357%

9,548%

9 Euskadi / País Vasco

3,478%

3,087%

10 Extremadura

5,141%

5,481%

11 Galicia

10,062%

10,035%

12 Illes Balears

1,603%

1,236%

13 Madrid

4,589%

4,048%

14 Murcia

3,064%

3,048%

15 Nafarroa / Navarra

1,501%

1,426%

16 País Valencià / C. Valenciana

8,547%

7,435%

17 Rioja, La

0,890%

1,058%

 

Por territorios se comprueba la diferencia entre los que tuvieron una mortalidad superior a la que les habría correspondido por el número de habitantes.

Destacaron de forma significativa la elevada mortalidad en Castilla y León y La Rioja. Mientras que estuvieron parcialmente más equilibradas Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha y Extremadura.

En estos territorios o regiones vivían el 49,3% de la población, sin embargo vieron que la mortalidad supuso el 54,2%. La desigualdad social o las condiciones de vida y las atenciones diferentes de la organización social española de la época.

Como fue el comportamiento en las provincias de cada región en su estructura administrativa pluriprovincial.

1 Andalucía

% Población Regional

% Mortalidad Regional

Almería,

9,82%

12,22%

Cádiz,

11,96%

11,51%

Córdoba,

13,18%

13,22%

Granada,

13,51%

13,82%

Huelva,

8,72%

8,14%

Jaén,

14,08%

14,70%

Málaga,

13,16%

11,19%

Sevilla,

15,59%

15,19%

 

2 Aragón / Aragó

% Población Regional

% Mortalidad Regional

Uesca / Osca/ Huesca,

25,49%

25,72%

Teruel,

26,71%

25,31%

Zaragoza,

47,81%

48,96%

 

6 Castilla La Mancha

% Población Regional

% Mortalidad Regional

Albacete,

17,26%

18,52%

Ciudad Real,

25,88%

26,59%

Cuenca,

17,17%

16,47%

Guadalajara,

13,03%

13,18%

Toledo,

26,25%

25,23%

 

7 Castilla y León

% Población Regional

% Mortalidad Regional

Ávila,

8,93%

8,90%

Burgos,

14,64%

15,77%

Palencia,

8,25%

8,90%

Segovia,

7,24%

6,39%

Soria,

6,68%

5,30%

Valladolid,

11,99%

11,77%

León,

16,71%

16,86%

Salamanca,

14,32%

13,90%

Zamora,

11,25%

12,22%

 

8 Catalunya / Cataluña

% Población Regional

% Mortalidad Regional

Barcelona,

55,63%

61,03%

Girona,

15,37%

12,84%

Lleida,

13,45%

12,42%

Tarragona,

15,55%

13,71%

Barcelona

9 Euskadi / País Vasco

% Población Regional

% Mortalidad Regional

Araba / Álava

13,37%

15,52%

Bizcaia / Vizcaya

52,20%

53,62%

Gipuzkoa / Guipúzcoa

34,43%

30,87%

 

10 Extremadura

% Población Regional

% Mortalidad Regional

Badajoz,

60,54%

58,42%

Cáceres,

39,46%

41,58%

 

11 Galicia

% Población Regional

% Mortalidad Regional

A Coruña,

32,82%

33,88%

Lugo,

22,62%

20,57%

Ourense,

19,71%

23,51%

Pontevedra,

24,85%

22,04%

 

16 País Valencià / C. Valenciana

% Población Regional

% Mortalidad Regional

Alacant / Alicante

28,88%

31,12%

Castelló de la Plana/ Castellón de la Plana

18,42%

18,12%

València / Valencia

52,70%

50,75

 

Las provincias de regiones con estructura administrativa pluriprovincial, que soportaron la mayor desproporción entre su población regional y su mortalidad, fueron la provincia de Almería, Zaragoza, Albacete, Burgos, Barcelona, Araba /Álava, Cáceres, Ourense,Alacant / Alicante.

Mortalidad en las capitales de provincia

Territorio

Capital

% Población Provincial

% Mortalidad Provincial

1 Andalucía

Almería,

12,39%

15,26%

1 Andalucía

Cádiz,

13,56%

15,76%

1 Andalucía

Córdoba,

13,89%

12,44%

1 Andalucía

Granada,

15,40%

12,90%

1 Andalucía

Huelva,

10,39%

11,13%

1 Andalucía

Jaén,

5,53%

5,83%

1 Andalucía

Málaga,

26,54%

28,46%

1 Andalucía

Sevilla,

26,36%

30,46%

2 Aragó / Aragón

Uesca / Osca/ Huesca,

4,85%

5,97%

2 Aragó / Aragón

Teruel,

4,89%

4,36%

2 Aragó / Aragón

Zaragoza,

25,97%

23,99%

3 Asturies Principáu d’ / Asturias, Principao d’ / Asturias, Principado de

Uviéu / Oviedo

7,85%

11,38%

4 Canarias

Santa Cruz de Tenerife,

17,52%

9,83%

5 Cantabria

Santander,

22,79%

22,78%

6 Castilla La Mancha

Albacete,

9,62%

9,23%

6 Castilla La Mancha

Ciudad Real,

4,01%

6,20%

6 Castilla La Mancha

Cuenca,

4,38%

4,88%

6 Castilla La Mancha

Guadalajara,

6,01%

5,39%

6 Castilla La Mancha

Toledo,

4,90%

6,38%

7 Castilla y León

Ávila,

5,66%

5,29%

7 Castilla y León

Burgos,

9,22%

8,97%

7 Castilla y León

Palencia,

9,98%

11,75%

7 Castilla y León

Segovia,

8,71%

7,62%

7 Castilla y León

Soria,

4,87%

5,29%

7 Castilla y León

Valladolid,

25,20%

25,10%

7 Castilla y León

León,

5,04%

5,51%

7 Castilla y León

Salamanca,

9,67%

9,74%

7 Castilla y León

Zamora,

6,45%

7,91%

8 Catalunya / Cataluña

Barcelona,

52,14%

56,16%

8 Catalunya / Cataluña

Girona,

5,39%

8,71%

8 Catalunya / Cataluña

Lleida,

9,28%

9,57%

8 Catalunya / Cataluña

Tarragona,

6,84%

6,67%

9 Euskadi / País Vasco

Gasteiz / Vitoria

35,42%

32,10%

9 Euskadi / País Vasco

Bilbo / Bilbao

26,71%

33,06%

9 Euskadi / País Vasco

Donostia / San Sebastián

23,63%

23,77%

10 Extremadura

Badajoz,

5,88%

5,68%

10 Extremadura

Cáceres,

4,38%

3,37%

11 Galicia

A Coruña,

7,38%

8,80%

11 Galicia

Lugo,

9,22%

7,12%

11 Galicia

Ourense,

3,99%

4,11%

11 Galicia

Pontevedra,

4,89%

6,38%

12 Illes Balears

Palma de Mallorca

20,88%

24,89%

13 Madrid

Villa de Madrid,

67,25%

67,34%

14 Murcia

Murcia,

21,13%

19,12%

15 Nafarroa / Navarra

Iruña / Pamplona,

9,48%

13,42%

16 País Valencià / C. Valenciana

Alacant / Alicante

11,48%

13,83%

Castelló de la Plana/ Castellón de la Plana

10,34%

14,29%

València / Valencia

26,32%

28,77%

17 Rioja, La

Logroño

15,05%

13,68%

España

Capitales

17,55%

17,88%

 

Hasta el año 1927 no se dividió la provincia de Canarias en dos, dando lugar a las provincias de Las Palmas de Gran Canaria y de Santa Cruz de Tenerife.

Como se puede apreciar el desequilibrio favorable, o la menor mortalidad correspondiente a su peso demográfico, se produjo en 18 capitales: Córdoba, Granada, Teruel, Zaragoza, Santa Cruz de Tenerife, Albacete, Guadalajara, Ávila, Burgos, Segovia, Valladolid, Tarragona, Gasteiz / Vitoria, Badajoz, Cáceres, Lugo, Murcia, Logroño.

Equilibrio en la distribución únicamente Santander

Entre el equilibrio y la media de las capitales españolas en 6 capitales: Jaén, Salamanca, Lleida, Donostia / San Sebastián, Ourense, Villa de Madrid.

Las 24 capitales restantes tuvieron un desequilibrio negativo.

Publicado con el Título (el 30 de marzo de 2020 a las 16:56.): Epidemia y Endemia (1900 a 1929) I

Las causas de mortalidad se clasifican como enfermedades infecciosas, enfermedades no transmisibles y causas no transmisibles.

De 1900 a 1929, durante esos 30 años murieron en España 14.435.930 personas. Lo que equivalía a 481.198 de media anual. Solamente el año 1918 se saldó con un Crecimiento Vegetativo (saldo de nacimientos descontando las defunciones) negativo de 83.521.

En este período España era un país con una población media entre los 4 Censos de población (1900, 1910, 1920, 1930) fue de 20.909.135 personas. Desde los 18,6 millones de principios de siglo a los 23,6 que había en el censo del año 1930..

La Gripe durante estos 30 años tuvo un impacto que causó en total 430.752 óbitos, equivalentes a 14.358 anuales. Eso quiere decir que no era una enfermedad desconocida.

La media fue superada en cinco años (1900 y 1907) y la conocida de 1918, con sus secuelas en 1919 y 1920. De estos años destacó el Año de la Gripe Española (1918) que certificó la defunción por Gripe de 147.114 personas, de un total de 695.758 muertos en el mencionado año.

En estos 30 años solamente las enfermedades infecciosas supusieron un total de 3.785.081. Si descuento la Gripe supusieron 3.354.329 defunciones. Las enfermedades infecciosas fueron las siguientes: Fiebre Tifoidea, Tifus, Viruela, Sarampión, Escarlatina, Coqueluche o Tosferina, Difteria, Neumonía, Meningitis simple, Tuberculosis pulmonar y Septicemia puerperal.

Si solamente se añaden otras dos causas la Bronquitis y la Diarrea y Enteritis con 3.095.126 defunciones. Se obtiene la cifra total de 6.449.455, equivalente a 214.982 personas de media muertas al al año.

Si exceptuamos la vacuna contra la viruela, en aquel momento no había para las citadas enfermedades ningún tipo de tratamiento. El tratamiento fundamental era la supresión del hacinamiento, de la higiene (personal y pública), el control de los alimentos y de las aguas potables, la supresión de aires insalubres. Los higienistas de la época demandaban la acción pública para que España se aproximase a los niveles de supervivencia de otros países.

 

31 de mayo 2020 COVID

Ya han transcurrido 82 días desde la declaración de la pandemia del COVID por la Organización Mundial de la Salud

Parece que se reduce el miedo al virus desconocido en la Unión Europea.

Pregunta idiota si con la población autóctona el sistema de salud público colapsa ¿quién pagará y garantizará el sistema público de salud con X millones de movimientos masivos? 

Los datos empiezan a variar: El COVID afecta en los países de capitalismo salvaje, fundamentalmente a los mayores y a los que tienen menos recursos económicos. Cuento que los datos que se facilitan son válidos y que en los países pobres se mueren de otras cosas que carecen de importancia para los «consumidores desarrollados».

De los 372.526 fallecidos y 6.148.638 millones de contagiados. Es decir algo más de 6 personas de las contagiadas han fallecido y una Tasa de Mortalidad por cada mil habitantes 0,0497 o 49,7 muertes por cada millón de habitantes del planeta.

Europa concentra un total de 178.511 víctimas mortales un 48% y una Tasa de Mortalidad de 0,2327 por cada mil habitantes.

América concentra un total de 163.340 víctimas mortales un 44% y una Tasa de Mortalidad de 0,1794 por cada mil habitantes.

Asia concentra un total de 26.320 víctimas mortales un 7% y una Tasa de Mortalidad de 0,0076 por cada mil habitantes.

África concentra un total de 4.223 víctimas mortales un 1% y una Tasa de Mortalidad de 0,0045 por cada mil habitantes.

Siguen concentradas las víctimas conocidas en USA 104.383 (TM 0,3189), Reino Unido 38.571 (TM 0,5787), Italia 33.415 (TM 0,5536), Brasil 29.314 (TM 0,1399), Francia 28.802 (TM 0,4298), España 27.127 (TM 0,5779).

Estos seis países tienen acumulados   261.612 muertos el 70,23% y representan el 10,4% de la población mundial 

Tasa de mortalidad por cada mil habitantes por COVID según datos del día:

Europa a 31 de mayo la Tasa de Mortalidad media europea para los 38 estados nación en 0,2327 (sube) o 173.919 fallecidos la mitad de las víctimas mortales de la pandemia. La superan:

1,2142 San Marino (sube) su TM a 1 de mayo fue 1,19

0,8264 (sube) Bélgica (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,663

0,6695 (sube) Andorra su TM a 1 de mayo fue 0,551

0,5787 (sube) Reino Unido su TM a 1 de mayo fue 0,402

0,5779 (sube) España (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,529 (Cambio del sistema de contabilización)

0,5536 (sube) Italia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,463

0,4298 (sube) Francia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,364

0,4296 (sube) Suecia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,253

0,3457 (sube) Países Bajos (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,278

0,3369(sube) Irlanda (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,251

Entre los 10 estados nación representan superan la Tasa de Mortalidad media de Europa 0,2327. Suiza está en la línea fronteriza.

Los 27 países de la Unión Europea tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,2828 (sube) o 126.380 personas fallecidas. Los 17 países que forman la otra parte de Europa tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,1581 (sube) o 47.539 personas fallecidas. Aunque se carece de un criterio homogéneo para la notificación de víctimas a causa del COVID en la Unión Europea.

Por tanto

España la Tasa de Mortalidad  está superada en:

1,442 Castilla La Mancha

1,319 Madrid

1,140 La Rioja

0,798 Castilla y León

0,7649 Nafarroa / Navarra

0,743 Catalunya / Cataluña

0,6554 Euskadi / País Vasco

0,6312 Aragó / Aragón.

Las restantes 9 regiones o nacionalidades y las 2 ciudades autónomas  están por debajo de la Tasa de Mortalidad Media Española.

Se mantiene un mapa de incidencia diferenciada entre territorios (costa e interior), pudiendo ser relevante la diferencia entre el mundo rural y las ciudades medianas y el mundo urbano de alta densidad y la desatención de las personas mayores en algunas residencias.

Las víctimas en las Residencias superan la mitad de las del territorio en:

Aragó / Aragón

Asturies Principáu d’ / Asturias, Principao d’ / Asturias, Principado de

Cantabria

Castilla La Mancha

Castilla y León

Catalunya / Cataluña

Madrid

Extremadura

Nafarroa / Navarra

La Rioja

Entre algunos de los países de América con 907 millones de personas:

Argentina, Bolivia, Brasil, Canada, Chile, Colombia, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Honduras, México, Panama, Perú, USA

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,1794 (sube) o 162.820 víctimas superada por 0,3189 USA, 0,1973 Ecuador, 0,1993 Canada,

En el Arco Meditérraneo Sur-Sudeste con 275 millones de personas:

Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Líbano, Turquía (descarto Libia y Siria por la duda sobre sus datos)

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,0229 (sube) o 6.437 víctimas superada solamente por Turquía (sube) al 0,0554.

Entre los países más significativos de Asia con 4.016 millones de personas:
Afganistán, Arabia Saudí, Armenia, Azerbaiyán, Bangladesh, Barein, China, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Filipinas, Georgia, India, Indonesia, Irak, Irán, Israel, Japón, Kuwait, Líbano, Omán, Pakistán, Qatar, Turquía y Yemen.

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,0076 con 30.469 víctimas superada por 0,0947 Irán, Kuwait 0,0512, Armenia 0,0442, Israel 0,0321,  Emiratos Árabes Unidos 0,0274, Arabia Saudí 0,0149, Qatar 0,0137, Barein 0, 0121, Omán 0,0117, Filipinas 0,0090 y ya citada en el Arco Mediterráneo Turquía.

En el Continente Africano los datos facilitados asciende a una Tasa de Mortalidad media por el COVID de 0,0033 o 4.223 víctimas para los 1.275 millones de personas, incluidos los países africanos citados anteriormente del Arco mediterráneo, que representan más de la mitad de las personas fallecidas.

Destacan Sao Tomé y Principe 0,0569, Argelia 0,0155, Suráfrica 0,0118, Egipto, 0,0099, Guinea Ecuatorial 0,0092, Gabón 0,0080, Mauricio 0,0079, Camerún 0,0076, Sudán 0,0068, Sierra Leona 0,0060, Marruecos 0,0058, Liberia 0,0056, Mauritania 0,0052, Somalia 0,0052 .

 

23 de mayo 2020 COVID

Parece que vamos perdiendo el miedo al virus desconocido, por lo imprevisible, y ponemos la actividad económica en marcha. Grandes dudas se anuncia el comienzo del retorno al maravilloso mundo del OCIO y del TURISMO (lo llamaré movimientos temporales masivos de personas) se anuncian.

Pregunta idiota si con la población autóctona el sistema de salud público colapsa ¿quién pagará y garantizará el sistema público de salud con X millones de movimientos masivos? 

Los datos siguen haciendo evidente: El COVID afecta sobre todo a los países de capitalismo salvaje. Cuento que los datos que se facilitan son válidos y que en los países pobres se mueren de otras cosas que carecen de importancia para los «consumidores desarrollados».

Se concentran hoy las víctimas conocidas en USA 96.007, Reino Unido 36.475, Italia 32.616, España 28.628, Francia 28.289, Brasil 21.048. Estos seis países tienen acumulados   243.063 muertos de los 338.253.

Tasa de mortalidad por cada mil habitantes por COVID según datos del día:

Europa a 23 de mayo la Tasa de Mortalidad media europea para los 38 estados nación en 0,2255 (sube) o 168.546 fallecidos la mitad de las víctimas mortales de la pandemia. La superan:

1,19 San Marino (se mantiene estable) su TM a 1 de mayo fue 1,19

0,804 (sube) Bélgica (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,663

0,67 (sube) Andorra su TM a 1 de mayo fue 0,551

0,61 (sube) España (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,529

0,547 (sube) Reino Unido su TM a 1 de mayo fue 0,402

0,54 (sube) Italia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,463

0,422 (sube) Francia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,364

0,384 (sube) Suecia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,253

0,336 (sube) Países Bajos (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,278

0,325 (sube) Irlanda (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,251

0,223 (sube) Suiza. su TM a 1 de mayo fue 0,203

Entre los 11 estados nación representan superan la Tasa de Mortalidad media de Europa 0,226. Suiza está en la línea fronteriza.

Los 27 países de la Unión Europea tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,279 (sube) o 124.847 personas fallecidas. Los 17 países que forman la otra parte de Europa tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,145 (sube) o 43.699 personas fallecidas. Aunque se carece de un criterio homogéneo para la notificación de víctimas a causa del COVID en la Unión Europea.

Por tanto

España la Tasa de Mortalidad media en España es de 0,614 o 28.628 víctimas y oscila desde:

1,435 Castilla La Mancha

1,358 Madrid

1,127 La Rioja

0,886 Catalunya / Cataluña

0,813 Castilla y León

0,793 Nafarroa / Navarra

0,684 Euskadi / País Vasco

0,656 Aragó / Aragón.

Estos territorios representan 23.699 víctimas del total hispánico o el 82,8%.

Las restantes 9 regiones o nacionalidades y las 2 ciudades autónomas  están por debajo de la Tasa de Mortalidad Media Española.

Se mantiene un mapa de incidencia diferenciada entre territorios (costa e interior), pudiendo ser relevante la diferencia entre el mundo rural y las ciudades medianas y el mundo urbano de alta densidad y la desatención de las personas mayores en algunas residencias.

Entre algunos de los países de América con 907 millones de personas:

Argentina, Bolivia, Brasil, Canada, Chile, Colombia, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Honduras, México, Panama, Perú, USA

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,153 (sube) o 139.201 víctimas superada por 0,293 USA, 0,179 Ecuador, 0,172 Canada,

En el Arco Meditérraneo Sur-Sudeste con 275 millones de personas:

Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Líbano, Turquía (descarto Libia y Siria por la duda sobre sus datos)

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,021 (sube) o 5.835 víctimas superada solamente por Turquía (sube) al 0,052.

Entre los países más significativos de Asia con 3.979 millones de personas:
Afganistán, Arabia Saudí, Armenia, Azerbaiyán, Bangladesh, China, Corea del Sur, Emiratos A. U., Filipinas, Georgia, India, Indonesia, Irak, Irán, Israel, Japón, Kuwait, Línano, Pakistán, Turquía.

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,0066 con 26.281 víctimas superada por 0,089 Irán, Israel 0,031, Kuwait 0,033, Emiratos AU 0,025, Armenios 0,026,,Saudíes 0,011,  Filipinas 0,008 y los antes citados en el arco mediterráneo Turquía.

En el continente africano los datos facilitados asciende a una Tasa de Mortalidad media por el COVID de 0,002 o 3.182 víctimas para los 1.275 millones de personas, incluidos los países africanos citados anteriormente del Arco mediterráneo, que representan más de la mitad de las personas fallecidas.

 

 

 

 

16 de mayo 2020 COVID

Cómo vamos?

Parece que vamos saliendo a la calle y ponemos la actividad económica en marcha. Grandes dudas el maravilloso mundo del OCIO y del TURISMO (lo llamaré movimientos temporales masivos de personas).

Los datos siguen haciendo evidente: El COVID afecta sobre todo a los países de capitalismo salvaje. Cuento que los datos que se facilitan son válidos y que en los países pobres se mueren de otras cosas que carecen de importancia para los «consumidores desarrollados».

Se concentran hasta ahora las víctimas conocidas en USA 87.568, Reino Unido 34.078, Italia 31.610, España 27.563, Francia 27.529. Estos cinco países tienen acumulados 208.388 muertos de los 308.165.

Tasa de mortalidad por cada mil habitantes por COVID según datos del día:

Europa a 16 de mayo la Tasa de Mortalidad media europea para los 38 estados nación en 0,215 (sube) o 160.704 fallecidos más de la mitad de las víctimas mortales de la pandemia. La superan:

1,19 San Marino (se mantiene estable) su TM a 1 de mayo fue 1,19

0,782 (sube) Bélgica (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,663

0,643 (sube) Andorra su TM a 1 de mayo fue 0,551

0,587 (sube) España (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,529

0,524 (sube) Italia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,463

0,511 (sube) Reino Unido su TM a 1 de mayo fue 0,402

0,411 (sube) Francia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,364

0,356 (sube) Suecia (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,253

0,328 (sube) Países Bajos (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,278

0,310 (sube) Irlanda (Unión Europea) su TM a 1 de mayo fue 0,251

0,219 (sube) Suiza. su TM a 1 de mayo fue 0,203

Entre los 11 estados nación representan superan la Tasa de Mortalidad media de Europa 0,215

Los 27 países de la Unión Europea tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,27 (sube) o 120.504 personas fallecidas. Los 17 países que forman la otra parte de Europa tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,13 (sube) o 40.200 personas fallecidas. Aunque se carece de un criterio homogéneo para la notificación de víctimas a causa del COVID en la Unión Europea.

Por tanto

España la Tasa de Mortalidad media en España es de 0,591 o 27.563 víctimas y oscila desde:

1,412 Castilla La Mancha

1,340 Madrid

1,102 La Rioja

0,805 Castilla y León

0,787 Catalunya / Cataluña

0,782 Nafarroa / Navarra

0,670 Euskadi / País Vasco

0,640 Aragó / Aragón.

Las restantes 9 regiones o nacionalidades y las 2 ciudades autónomas  están por debajo de la Tasa de Mortalidad Media Española. De estas 8 están por debajo de la Tasa de Mortalidad Media de la UE.

Se mantiene un mapa de incidencia diferenciada entre territorios, pudiendo ser relevante la diferencia entre el mundo rural y las ciudades medianas y el mundo urbano de alta densidad y la desatención de las personas mayores en algunas residencias.

Entre algunos de los países de América con 907 millones de personas:

Argentina, Bolivia, Brasil, Canada, Chile, Colombia, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Honduras, México, Panama, Perú, USA

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,133 o 120.326 víctimas superada por 0,268 USA, 0,154 Canada, 0,152 Ecuador.

En el Arco Meditérraneo Sur-Sudeste con 275 millones de personas:

Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Líbano, Turquía (descarto Libia y Siria por la duda sobre sus datos)

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,020 (sube) o 5.444 víctimas superada solamente por Turquía (sube 0,003) al 0,049.

Entre los países más significativos de Asia con 3.979 millones de personas:
Afganistán, Arabia Saudí, Armenia, Azerbaiyán, Bangladesh, China, Corea del Sur, Emiratos A. U., Filipinas, Georgia, India, Indonesia, Irak, Irán, Israel, Japón, Kuwait, Línano, Pakistán, Turquía.

Tienen una Tasa de Mortalidad media de 0,006 con 23.603 víctimas superada por 0,084 Irán, Israel 0,030, Kuwait 0,023, Emiratos AU 0,022, Armenios 0,018,,Saudíes 0,009,  Filipinas 0,008 y los antes citados en el arco mediterráneo Turquía.

En el continente africano los datos facilitados asciende a una Tasa de Mortalidad media por el COVID de 0,002 o 2.622 víctimas para los 1.275 millones de personas, incluidos los países africanos citados anteriormente del Arco mediterráneo, que representan la mitad de las personas fallecidas.

 

 

 

 

26 de abril 2020 COVID

Ayer fue el aniversario de la derrota de Almansa 25 de abril de 1707 hace 313 años. Significado se eliminan los fueros del Reino de Valencia y se inicia el modelo centralista de las elites gobernantes por medio de los Decretos de Nueva Planta.

Ayer fue el aniversario de la liberación de Italia del fascismo 25 de abril de 1945.

Ayer fue el aniversario de la revolución de los claveles en Portugal 25 de abril de 1974. Provocó la caída de la dictadura portuguesa con el levantamiento del ejército para apoyar el establecimiento de la democracia,

Dos conmemoraciones democráticas y una de limitación de libertades instaurada por el primer Borbón de los reinos de las Españas.

Ayer los datos seguían confirmando que la pandemia en el estado español tenía una repercusión desigual:

Madrid región representaba el 30% de los casos de Coronavirus publicitados y el 34% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 1,2 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Madrid región de un 7,07 por mil.

Castilla La Mancha representaba el 9% de los casos de Coronavirus publicitados y el 10% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 1,12 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Castilla La Mancha de un 9,64 por mil.

Castilla y León representaba el 8,8% de los casos de Coronavirus publicitados y el 7,2% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,68 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Castilla y León de un 12,15 por mil.

Extremadura representaba el 1,67% de los casos de Coronavirus publicitados y el 1,82% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,38 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Extremadura de un 10,73 por mil.

La Rioja representaba el 2,38% de los casos de Coronavirus publicitados y el 1,36% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,98 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en La Rioja de un 10,25 por mil.

Representaban entre las cinco 51,87% de los casos y un 54,38% de las personas fallecidas. El número de habitantes de España de las tres es un 26,69%.

País Valenciá representaba el 5,4% de los casos de Coronavirus publicitados y el 5,12% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,24 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en País Valenciá de un 9,16 por mil.

Illes Balears representaba el 0,92% de los casos de Coronavirus publicitados y el 0,76% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,16 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Illes Balears de un 6,98 por mil.

Murcia región representaba el 0,85% de los casos de Coronavirus publicitados y el 0,55% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,09 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Murcia región de un 7,66 por mil.

Representaban entre las tres 7,17% de los casos y un 5,43% de las personas fallecidas. El número de habitantes de España de las tres es un 16,13%.

Las diferencias son notables. La política del gobierno de España ha sido común. Los gobiernos autonómicos son de distinta composición en los seis territorios. Unos territorios solamente son de interior y otros están bañados por el mar Mediterráneo.

Euskadi representaba el 6,8% de los casos de Coronavirus publicitados y el 5,29% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,56 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Euskadi de un 10,02 por mil.

Cantabria representaba el 1,11% de los casos de Coronavirus publicitados y el 0,79% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,31 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Cantabria de un 10,49 por mil.

Asturias representaba el 1,23% de los casos de Coronavirus publicitados y el 1,04% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,23 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Asturias de un 12,93 por mil.

Galicia representaba el 4,39% de los casos de Coronavirus publicitados y el 1,69% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,14 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Galicia de un 12,01 por mil.

Representaban entre las cuatro 13,53% de los casos y un 8,81% de las personas fallecidas. El número de habitantes de España de las tres es un 13,93%.

Aragón representaba el 2,59% de los casos de Coronavirus publicitados y el 3,10% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,54 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Aragón de un 10,72 por mil.

Catalunya representaba el 22,77% de los casos de Coronavirus publicitados y el 19,64% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,60 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Catalunya de un 8,86 por mil.

Nafarroa / Navarra representaba el 2,54% de los casos de Coronavirus publicitados y el 1,87% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,67 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Nafarroa / Navarra de un 9,01 por mil.

Representaban entre las tres 27,90% de los casos y un 24,61% de las personas fallecidas. El número de habitantes de España de las tres es un 20,30%.

Específica con territorio interior y costero Atlántico-Mediterráneo Andalucía representaba el 6,18% de los casos de Coronavirus publicitados y el 4,94% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,13 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Andalucía de un 8,66 por mil.

Específica insular Atlántica Canarias representaba el 1,04% de los casos de Coronavirus publicitados y el 0,57% de las personas fallecidas. En Tasa de Mortalidad solamente por COVID cada mil habitantes representa un 0,06 por mil. En 2018 la tasa de mortalidad fue en Canarias de un 7,45 por mil.

Las diferencias:

Interior (5) fallecidos 54,38% y población 26,69%. Interior Ibérico-Mediterráneo (3) fallecidos 24,61% y población 20,30%.

Específica interior y costero Atlántico-Mediterráneo (1) fallecidos 4,94% y población 18,03%.

Costa Mediterránea (3) fallecidos 5,43 y población 16,13%. Costa Atlántica (4) fallecidos 8,81% y población 13,93%.

Específica insular Atlántica (1) fallecidos 0,79% y población 4,56%

Cuando cito la Tasa de Mortalidad de 2018 es la tasa anual 9,1 por mil y en Tasa de Mortalidad solo por COVID es la informada como causas por el virus 0,49 por mil.

Exige incluir otras variables como la de pobreza, envejecimiento, sexo, densidad de población, urbanización y medio rural.

Epidemia y Endemia (1900 a 1929) I

Las causas de mortalidad se clasifican como enfermedades infecciosas, enfermedades no transmisibles y causas no transmisibles.

De 1900 a 1929, en los 30 años murieron en España 14.435.930 personas, equivalentes a 481.198 de media anual. Solamente el año 1918 se saldó con un crecimiento vegetativo (nacimientos menos defunciones) negativo de 83.521.

En este período España era un país con una población media entre los 4 censos de población (1900, 1910, 1920, 1930) fue de 20.909.135 personas. Desde los 18,6 millones a los 23,6.

La gripe durante estos 30 años tuvo un impacto que causó en total 430.752 óbitos, equivalentes a 14.358 anuales. Esta media fue superada en cinco años (1900, 1907, 1918, 1919, 1920). De estos años destacó el Año de la Gripe Española (1918) que certificó la defunción por Gripe de 147.114 personas, de un total de 695.758 muertos en el mencionado año.

En los 30 años solamente las enfermedades infecciosas supusieron un total de 3.785.081, que si descuento la Gripe supusieron 3.354.329 defunciones. Las enfermedades infecciosas son las siguientes: Fiebre Tifoidea, Tifus, Viruela, Sarampión, Escarlatina, Coqueluche o Tosferina, Difteria, Neumonía, Meningitis simple, Tuberculosis pulmonar y Septicemia puerperal.

Si solamente se añaden otras dos causas la Bronquitis y la Diarrea y Enteritis con 3.095.126 defunciones. Se obtiene la cifra total de 6.449.455, equivalente a 214.982 personas de media muertas al al año.

Si exceptuamos la vacuna contra la viruela, en aquel momento no había para las citadas enfermedades ningún tipo de tratamiento. El fundamental era la supresión del hacinamiento, de la higiene (personal y pública), el control de los alimentos y de las aguas potables, la supresión de aires insalubres. Los higienistas de la época demandaban la acción pública para que España se aproximase a los niveles de supervivencia de otros países.

 

 

 

A punta de aguja

A punta de aguja

Felipe C. Ruanova (Felipe Camarero Ruanova Maldonado)

A punta de aguja

se ganan las batallas.

No bastan fusiles,

ni bastan las balas,

ni basta el coraje,

ni la ciencia basta,

que otros enemigos

tomaron las armas.

Aire de la Sierra,

más que aire, navaja

que afiló la nieve

de las cumbres altas,

¡ay, como perdiste

toda tu eficacia!

¿Dónde está el empuje

de que blasonabas?

¿En qué quedaron

tantas amenazas?

Manos de mujer

frenaron tu marcha,

mellaron tu filo,

fallaron tus ansías.

Anda, ve y golpea

puertas y ventanas;

muge de coraje,

galopa de rabia,

y vuelve de nuevo,

si es que no te basta,

toro de los fríos,

que en la retaguardia

manos femeninas

y llenas de gracia

han de hacerte un quiebro

que burle tus mañas.

Ya puedes volverte;

aquí no haces nada,

porque las mujeres,

que apenas descansan,

trabajando todas

te esperan en guardia.

Y no con banderas

en seda bordadas

con hilos de oro

ni hebras de plata;

nuestras compañeras

usan prieta lana

y tejen con ella

victorias sin tasa.

Que a punta de aguja

se ganan batallas.

Poema rescatado de mi padre publicado en El Mono Azul 22 de octubre de 1936. Publicación semanal de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura.

Publicado también en Romancero General de la Guerra Española (selección y prólogo de Rafael Alberti) 1944. Patronato Hispano Argentino de Cultura Buenos Aires.

Asentamientos humanos

Diccionario de la Real Academia Española

(solamente he incorporado las acepciones propias del español castellano)

Definiciones de asentamientos de población

Diferentes Formas de vida Se consideran opuestas la Nómada (excluye la temporalidad de la permanencia) y la Sedentaria (excluye la cotidianeidad del desplazamiento y el retorno).

Nómada

Que está en constante viaje o desplazamiento.

Dicho de un individuo, de una tribu, de un pueblo: Carente de un lugar estable para vivir y dedicado especialmente a la caza y al pastoreo.

Sinónimo: Ambulante, Bárbaro, Bohemio, Colono, Errante, Excursionista, Extranjero, Extraño, Foráneo, Forastero, Itinerante, Intruso, Migrante, Móvil, Pasajero, Peregrino, Transeunte, Trashumante, Turista, Vagabundo, Viajante, Viajero, Visitante.

Sedentaria

Dicho de un animal: Que, como los pólipos coloniales, carece de órganos de locomoción durante toda su vida y permanece siempre en el mismo lugar en que ha nacido, y que, como los anélidos del tipo de la sabela, pierde en el estado adulto los órganos locomotores que tenía en la fase larval y se fija en un sitio determinado, en el que pasa el resto de su vida.

Dicho de una tribu o de un pueblo: Dedicado a la agricultura, asentado en algún lugar, por oposición al nómada.

Sinónimo: Estable, Estático, Fijo, Inmóvil. Permanente.

Diferentes tipos de asentamiento y alojamiento

Aduar.- 

Conjunto de tiendas y viviendas pobres que se levantan en zonas marginales y forman un poblado.

Campamento de beduinos, formado por tiendas y chozas.

Alcazaba.-

Recinto fortificado, dentro de una población murada, para refugio de la guarnición.

Alcázar.-

Casa real o habitación del príncipe, esté o no fortificada.

Aldea.-

Pueblo de escaso vecindario y,por lo común, sin jurisdicción propia.

Alfoz.-

Conjunto de diferentes pueblos que dependen de otro principal y están sujetos a una misma ordenación.

Arrabal, término o pago de algún distrito, o que depende de él.

Alquería.-

Casa de labor, con finca agrícola, típica del Levante peninsular.

Conjunto reducido de casas.

Aposento.-

Espacio entre tabiques de una vivienda

Área metropolitana.-

Unidad territorial dominada por una gran ciudad o metrópoli en cuyo entorno se integran otros núcleos de población, formando una unidad funcional, con frecuencia institucionalizada.

Arrabal.-

Barrio fuera del recinto de la población a la que pertenece.

Cada uno de los sitios extremos de una población.

Población anexa a otra mayor.

Asentamiento.-

Instalación provisional de colonos o cultivadores en tierras no habitadas o cuyos habitantes son desplazados.

Fase final de un movimiento migratorio.

Barraca.-

Caseta o albergue construido toscamente y con materiales ligeros.

En las huertas de Valencia y Murcia, casa de labor, hecha de adobes y con tejado de cañas a dos vertientes muy inclinadas.

Barriada.-

Barrio, especialmente en la periferia de una ciudad y formado por construcciones de baja calidad.

Barrio.-

Cada una de las partes en que se dividen los pueblos y ciudades o sus distritos.

Grupo de casas o aldeas dependientes de otra población, aunque estén apartadas de ella.

Behetría.-

Antiguamente, población cuyos vecinos, como dueños absolutos de ella, podían recibir por señor a quien quisiesen.

Buhardilla.-

Parte de un edificio situada inmediatamente debajo del tejado, con techo en pendiente y destinada a vivienda.

Burgo.-

Aldea o población muy pequeña, dependiente de otra principal.

En la Edad Media, fortaleza construida por los nobles feudales para vigilar los territorios de su jurisdicción, donde se asentaban los gremios, entre otros, de comerciantes y artesanos.

Cabaña.-

Construcción rústica pequeña, de materiales pobres, destinada a refugio o vivienda.

Casa pequeña de una sola planta que se suele construir en parajes destinados al descanso.

Casa.-

Edificio para habitar.

Casal.-

Casa de Labor.

Caserío.-

Conjunto formado por un número reducido de casas.

Caserón.-

Casa muy grande y destartalada.

Caseta.-

Casa pequeña que solo tiene el piso bajo.

Casona.-

Casa señorial antigua.

Castillo.-

Lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones.

Castro.-

Poblados prerromanos.

Poblado fortificado en la Iberia romana.

Chabola.-

Vivienda de escasas proporciones y pobre construcción, que suele edificarse en zonas suburbanas.

Chamizo.-

Tugurio sórdido de gente de mal vivir.

Choza.-

Cabaña

Ciudad.-

Conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas.

Título de algunas poblaciones que gozaban de mayores preeminencias que las villas.

Ciudadela.-

Recinto de fortificación permanente en el interior de una plaza, que sirve para dominarla o de último refugio a su guarnición.

Comarca.-

Territorio que, en un país o una región, se identifica por determinadas características físicas o culturales.

Entidad administrativa compuesta por una pluralidad de municipios en el seno de una provincia.

Conurbación.-

Conjunto de varios núcleos urbanos inicialmente independientes y contiguos por sus márgenes, que al crecer acaban formando una unidad funcional.

Convento.-

Casa o monasterio en que viven los religiosos o religiosas bajo las reglas de su instituto.

Cortijo.-

Finca rústica con vivienda y dependencias adecuadas, típica de amplias zonas de la España meridional.

Covacha.-

Vivienda o aposento pobre, incómodo, oscuro, pequeño.

Cueva.-

Cavidad subterránea más o menos extensa, ya natural, ya construida artificialmente.

Distrito.-

Cada una de las demarcaciones en que se subdivide un territorio una población para distribuir y ordenar el ejercicio de los derechos civiles y políticos, o de las funciones públicas, o de los servicios administrativos.

Edificio.-

Construcción estable, hecha con materiales resistentes, para ser habitada o para otros usos.

Estado.-

Forma de organización política, dotada de poder soberano ei ndependiente, que integra la población de un territorio.

En ciertos países organizados como federación, cada uno de los territorios autónomos que la componen.

País soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios.

Conjunto de los poderes y órganos de gobierno de un país soberano.

Estancia.-

Aposento, sala o cuarto donde se habita ordinariamente.

Mansión, habitación y asiento en un lugar, casa o paraje.

Finca.-

Propiedad inmueble, rústica o urbana

Granja.-

Hacienda de campo dentro de la cual suele haber un caserío donde se recogen la gente de labor y el ganado.

Habitación.-

En una vivienda, cada uno de los espacios entre tabiques destinados a dormir, comer, etc.

Lugar destinado a vivienda.

Habitáculo.-

Recinto de pequeñas dimensiones destinado a ser ocupado por personas o animales.

Hacienda.-

Finca agrícola.

Hogar.-

Sitio donde se hace la lumbre en las cocinas, chimeneas, hornos de fundición, etc.

Casa o domicilio.

Familia, grupo de personas emparentadas que viven juntas.

Centro de ocio en el que se reúnen personas que tienen en común una actividad, una situación personal o una procedencia.

Jurisdicción.-

Término de un lugar o provincia.

Territorio en que un juez ejerce sus facultades de tal.

Poder o autoridad que tiene alguien para gobernar.

Autoridad, poder o dominio sobre otro.

Localidad.-

Lugar o pueblo.

Lugar.-

Población pequeña, menor que villa y mayor que aldea.

Ciudad, villa o aldea.

Lugar que estaba sujeto a un señor particular, a distinción de los realengos.

Mansión.-

Casa suntuosa.

Masía.-

Casa de labor, con finca agrícola y ganadera, típica del territorio que ocupaba el antiguo reino de Aragón.

Merindad.-

Distrito con una ciudad o villa importante que defendía y dirigía los intereses de los pueblos y caseríos sitos en su demarcación.

Sitio o territorio de la jurisdicción del merino (juez).

Metrópoli.-

Nación, u originariamente ciudad, respecto de sus colonias.

Ciudad principal, cabeza de la provincia o Estado.

Monasterio.-

Casa o convento, ordinariamente fuera de poblado, donde viven en comunidad los monjes.

Morada.-

Lugar donde se habita

Municipio.-

Entre los romanos, ciudad principal y libre, que se gobernaba por sus propias leyes y cuyos vecinos podían obtener los privilegios y derechos de los ciudadanos de Roma.

Entidad local formada por los vecinos de un determinado territorio para gestionar autónomamente sus intereses comunes.

Nación.-

Del latín natio, nationis lugar de nacimiento

Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno.1

1El concepto de Nación tal como lo entendemos hoy, con su intrínseco componente político, no surge hasta finales del siglo XVIII, coincidiendo con el fin del Antiguo Régimen y el inicio de la Edad Contemporánea (período de tiempo comprendido entre la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América o la Revolución francesa y la actualidad).

(Aparejada lleva la palabra Nacionalidad.- Condición y carácter peculiar de los pueblos y habitantes de una nación. Vínculo jurídico de una persona con un estado.)

País.-

Territorio, con características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de un Estado.

Territorio constituido en Estado soberano.

Palacio.-

Casa solariega de una familia noble.

Casa suntuosa, destinada a habitación de grandes personajes, o para las juntas de corporaciones elevadas.

Casa destinada para residencia de los reyes.

Parroquia.-

Conjunto de feligreses.

Piso.-

Conjunto de habitaciones que constituyen vivienda independiente en una casa de varias alturas.

Población.-

Conjunto de personas que habitan en un determinado lugar.

Conjunto de edificios y espacios de una ciudad.

Conjunto de individuos de la misma especie que ocupan determinada área geográfica.

Poblado.-

Población, ciudad, villa o lugar.

Provincia.-

En la antigua Roma, territorio conquistado fuera de Italia, sujeto a las leyes romanas y administrado por un gobernador.

Distrito de los diferentes en que divide un territorio una orden religiosa y que contiene determinado número de casas o conventos.

Demarcación territorial administrativa de las varias en que se organizan algunos Estados o instituciones.

Pueblo.-

Ciudad o villa.

Población de menor categoría.

Conjunto de personas de un lugar, región o país.

Quinta.-

Casa de campo, cuyos colonos solían pagar como renta la quinta parte de los frutos.

Rancho.-

Lugar fuera de poblado, donde se albergan diversas familias o personas.

Choza o casa pobre con techumbre de ramas o paja, fuera de poblado.

Región.-

Porción de territorio determinada por caracteres étnicos o circunstancias especiales de clima, producción, topografía, administración, gobierno, etc.

Cada una de las grandes divisiones territoriales de una nación, definida por características geográficas, históricas y sociales, y que puede dividirse a su vez en provincias, departamentos, etc.

Todo espacio que se imagina ser de mucha capacidad.

Residencia.-

Lugar en que se reside.

Casa en que se vive.

Casa donde conviven y residen, sujetándose a determinada reglamentación, personas afines por la ocupación, el sexo, el estado, la edad, etc.

Edificio donde una autoridad o corporación tiene su domicilio o donde ejerce sus funciones.

Señorío.-

Territorio perteneciente al señor.

Tabuco.-

Aposento pequeño.

Territorio.-

Terreno o lugar concreto, como una cueva, un árbol o un hormiguero, donde vive un determinado animal, o un grupo de animales relacionados por vínculos de familia, y que es defendido frente a la invasión de otros congéneres.

Porción de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región, provincia, etc.

Tugurio.-

Habitación, vivienda o establecimiento pequeño y de mal aspecto

Urbe.-

Ciudad, especialmente la muy populosa.

Villa.-

Población que tiene algunos privilegios con que se distingue de las aldeas y lugares.

Villoría.-

Casería o casa de campo.

Villorrio.-

Población pequeña y poco urbanizada.

Vivienda.-

Lugar cerrado y cubierto construido para ser habitado por personas.

Madrid finisecular, nuevo modelo demográfico

Antonio Camarero.- Madrid finisecular, nuevo modelo demográfico.- Madrid 1985. Páginas 290-300.

Volumen 2. Madrid en la sociedad del siglo XIX. Capas populares y conflictividad social. Abastecimiento. Población y crisis de subsistencias. Cultura y Mentalidades.

Hay ocasiones en las que de antemano resulta difícil hacer del todo comprensible a la mayoría de las personas la importancia, percibida y comprobada por uno mismo, que puede tener un campo de investigación, sobre todo cuando se le posterga siempre, diciendo, sin embargo, que es imprescindible para la comprensión de multitud de fenómenos. Curiosa paradoja: siendo la demografía o, mejor dicho, el estudio de la población imprescindible para hacer historia, como ofrece la dificultad de “trabajar con números”, más vale dejarla en manos de otra gente que no son historiadores.

Todos los historiadores estamos acostumbrados a los datos monótonos, aburridos y, como mucho, curiosos, que nos proporciona el prolífico mundo cuantitativo de la demografía. Pero ello se debe, en especial, a nuestra dependencia habitual, por una parte, de los sociólogos y, por otra, de los geógrafos y urbanistas. Esta dependencia, de unos años a esta parte, ha comenzado a romperse en distintos frentes tanto nacionales como internacionales; destaca, por ejemplo, la labor de Fleury y Henry, en Francia; Brown, Hollingsworth, McKeown, Ringrose, Wrigley y otros, en el mundo anglosajón; etc. Ya es posible apreciar algunos resultados autónomos, con un contenido histórico, en una especialización interdisciplinaria como la demografía.

Cuando se me sugirió que preparase esta comunicación tuve la impresión de que podía convertirse en un amenazador bombardeo de datos. En cambio, debía servir para informar de los caminos por donde discurren hoy en día los estudios de demografía histórica madrileña. He procurado mantener un tono moderado, para no cansar a los asistentes, sin dejar por ello de informarles suficientemente.

Entremos en materia. Todos los historiadores madrileños hemos visto datos demográficos, unos más organizados, otros más descabalados; pero a fin de cuentas conocemos y tenemos forjada una opinión sobre las características demográficas de la Villa y Corte, entre las cuales destaca el rápido ascenso de la población madrileña en el siglo XIX, que parte de unos 170.000 habitantes a principios de siglo, llega a los 220.000 en el año 48 y supera el medio millón a principios del XX.

También tenemos noticias más o menos exactas de la evolución de las tasas de natalidad, de mortalidad total y de mortalidad infantil, de su crecimiento ideal1 y real2 y de su saldo o balance migratorio. Hasta aquí nos encontramos en el mismo lugar, más o menos conocido en profundidad, con mayor interés para unos y menor para otros.

El gran dilema se plantea cuando se han de tratar estos datos históricamente. Para ello resulta imprescindible una concepción teórica de la historia que no se vea entorpecida por rigideces, un método de tratamiento de estos datos que sepa incorporar elementos metodológicos de otras especialidades científicas, y unas técnicas operativas que rompan con los clichés establecidos por otras especialidades.

Por ejemplo: no es lo mismo que se hable de un Crecimiento Ideal autóctono de cien nuevos habitantes, nacidos en Madrid e hijos de madrileños, que de un Crecimiento Ideal dependiente o, lo que es igual, que de cada centena de recién nacidos en Madrid setenta sean hijos de inmigrantes.

Ambos casos, en este ejemplo, nos aportan en términos puramente cuantitativos un crecimiento ideal de cien nuevos habitantes, pero difieren ostensiblemente en cuanto a sus características sociales y, por tanto, históricas.

Si no hay un modo estructurado de tratar los datos, éstos quedan convertidos en un mero número positivo, con todas las connotaciones despectivas que el término lleva implícitas; un dato tan pobre y carente de validez para la historia social -a lo mejor no para otra ciencia- como la desnudez de una fecha o el nombre aislado de un político.

Como dice Carmen del Moral: “No vamos a tener en cuenta (…) ninguno de los hechos característicos de la típica historia externa: ni debates de las Cortes, ni caída y subida de ministerios (…) [que] no contribuye a aclarar los hechos oscuros de nuestra problemática histórica, sino que, por el contrario, añade tal desorden, que a juzgar a simple vista por ellos, el siglo XIX y los primeros años del XX son lo que se proponen nuestros peores manuales históricos: una sucesión ininterrumpida de ministerios, partidos y ministros. Nada más deformador que esta idea, pues la historia contemporánea de España es de una coherencia absoluta, y si no se buscan las raíces de esa coherencia, quedarse en el plano exterior es contribuir deliberadamente al desorden mental”3.

Cuando se empieza a bucear entre los padrones, los censos, los registros de defunciones, nacimientos y nupcias, es constante el asalto de una pregunta: ¿cómo se podría explotar la riqueza de datos que estas fuentes documentales ofrecen con los medios tan artesanales de trabajo de que disponemos los historiadores?

Pues sí, pese a la falta de medios, es posible que avancen las investigaciones demográficas, porque son un soporte básico para la historia social y, especialmente, para la historia de las mentalidades. Olvidemos de una vez las frases hechas y entremos en la investigación.

La demografía histórica permite que comprendamos y conozcamos la historia de los hombres que conforman una sociedad determinada. Esa historia, escrita con minúscula, de los avances y retrocesos en la calidad de vida, de las costumbres matrimoniales, de las diferencias que hay entre la natalidad de una familia urbana y una de inmigrantes, etc.

Hasta hace muy pocos años se ha hablado de la población como un simple apéndice con un comportamiento diferenciador en las coyunturas críticas (económicas o sociales): el motín, la huelga, la acción epidémica. A partir de aquí se desarrollaba el planteamiento de que la presencia de una coyuntura desfavorable, que elevaba la incidencia de la mortalidad, era el resultado de que la estructura social de la población se encontraba desatendida, abandonada. Y a veces hasta sorprendía que el foco epidémico se hubiese desarrollado entre las capas dominantes, lo cual confirmaba de paso el carácter interclasista de la muerte. Así, economistas e historiadores quedaban, al menos en apariencia, muy satisfechos con sus conclusiones. Sin embargo, las desatenciones a que se encuentra sometida la población suelen ser comprobables.

Veamos el caso madrileño. He aquí una sociedad que se comporta “mecánicamente”: por los altos imperativos económicos, masas y masas de población se trasladan del campo a la ciudad en pro de un mejor nivel de vida. Pero esta concepción del “comportamiento mecánico” cae por su propio peso si analizamos la tasa de mortalidad media madrileña, superior a la española4

Es preciso, por tanto, pararse a reconsiderar. Antes que nada observamos la estrecha relación dinámica entre todos los componentes del medio natural en el que se desenvuelve el ser humano: los naturales, como el propio hombre, y los productos de la cultura y la acumulación de aprendizaje de la especie humana. En este contexto, y no en otro, se encuentra el hombre-población sobre el planeta Tierra5.

Dentro de dicha interrelación existe una esfera dominante supraindividual, que consiste en la forma de organizarse que tiene el colectivo social; pero esta organización es dominante para el hombre-población.

Si nos trasladamos en el tiempo a comienzos del siglo XIX, comprobaremos que la mayor parte de la población se encuentra organizada, desde un punto de vista económico, como una sociedad predominantemente rural. Dicho de otro modo, la estructura económica española de principios del siglo XIX se corresponde con un Modo de Producción Feudal, que empieza a encontrar serias limitaciones ante las posibilidades ofrecidas por el mercado mundial, ya puestas de manifiesto a lo largo del siglo XVIII.

Ante la acción social de conflicto surgida contra este modo de producción, las capas dominantes desencadenan una serie de respuestas que desemboca en el intento de transformación social de las estructuras económicas. Es la transición al Modo de Producción Capitalista. Todo ello produce la puesta en circulación en el mercado del medio de producción básico de la sociedad (la tierra), mediante las desamortizaciones y expropiaciones, que adjudican a señores con derechos jurisdiccionales unos derechos de posesión que nunca les habían pertenecido6. Como consecuencia, el hombre-población adoptará una serie de actitudes y comportamientos que permitirán la formación de un mercado de trabajo dependiente de las actuaciones emprendidas por los grupos dominantes.

Otra de las respuestas de las capas dominantes, con una incuestionable repercusión en la población, son las medidas adoptadas para evitar la emigración fuera de España7. Disminuyen entonces los cauces fundamentales de comunicaciones para el hombre-población, que en adelante intentará resolver su problema de inmediato, la subsistencia, con la emigración clandestina, desde luego minoritaria8. Como consecuencia, se produce un estancamiento en el desarrollo de la población, porque no están consolidadas las estructuras productivas que permitan tal desarrollo. Las cifras cantan: hay un crecimiento lento y tortuoso de unos ochenta mil habitantes por año a lo largo del siglo pasado, si aceptamos las cifras del Censo de 1797. Pero más notorio, si cabe, sería el caso madrileño, que hace que la ciudad, en cincuenta años, tenga un crecimiento de 1.000 habitantes (167.000 en 1797 y 217.000 en 1848), lo cual denotaría un equilibrio en su población.

Será a partir de la introducción de los medios de comunicación modernos (el ferrocarril) y de la seguridad en los desplazamientos (gracias a la creación de la Guardia Civil9, cuando el hombre-población empiece a considerar sus posibilidades de desplazamiento interior. Ante la carencia de recursos en su medio natural conocido al margen del sistema (mediante el “bandidaje”) por las medidas de seguridad adoptadas, inicia la búsqueda de un nuevo medio que permita su subsistencia. La puesta en marcha del ferrocarril10 coincide con la necesidad de crear un mercado interior que permita el intercambio de mercancías con seguridad y, entre ellas, la más preciada en el Modo de Producción Capitalista: la fuerza de trabajo.

Una vez consolidados los medios de migración interior, que financian precisamente los desheredados de la tierra11, en su nómada peregrinar en busca de la supervivencia, se produce la consabida apertura de las posibilidades migratorias hacia el exterior12.

En síntesis, los cambios en las relaciones sociales de producción introducen unas condiciones diferenciadas y diferenciadoras en el hombre-población, tanto como fuerza de trabajo propiamente dicha como en su respuesta ante la vida (según se enfrenten o acaten el sistema). En términos económicos, reestructura la población, adecuándola a las necesidades del nuevo sistema productivo, ya sea por medio de la fijación de los hombres a la tierra (Modo de Producción Feudal), ya sea por la usurpación de los medios de producción, que arroja a los hombres al nomadismo del mercado de trabajo capitalista.

El Modo de Producción obliga al hombre-población a trasladarse o asentarse, según las necesidades del sistema productivo.

Estas matizaciones conceptuales pueden arrojar alguna luz en el estudio de la demografía histórica que facilite la comprensión de nuestra realidad más inmediata. La demografía está en el sistema productivo, forma parte de él, pero no es un “apéndice mecánico” en sus respuestas, porque no es lo mismo hablar del sistema productivo y la población que de la población en el sistema productivo13.

Entrando en un terreno más concreto y conocido como sería nuestra ciudad en el siglo pasado, tendríamos un modelo demográfico sustentado en el crecimiento y en la dependencia de una inmigración que se asienta en Madrid.

Apuntamos la definición de un modelo demográfico porque establece una forma específica de poblamiento diferente de los anteriores períodos históricos y abarca, cuando menos, un lapso temporal de unos ochenta años (1848-1930).

Los rasgos más distintivos del nuevo modelo demográfico serían: población autóctona y foránea, ruptura de los comportamientos demográficos urbanos y repercusiones en la mortalidad estructural.

Por población autóctona entiendo la natural de Madrid propiamente dicha, es decir, la urbana con unos hábitos y costumbres específicos y una raigambre diferenciadora de una ciudad cortesana con una estructura feudal de clases sociales. En el concepto de población foránea se engloban desde las clases ascendentes dentro de la nueva sociedad, que buscan la proximidad al centro decisorio del sistema, los clientes de la capital de España (asentadores, especuladores, agiotistas, absentistas, aventureros, et.) hasta los hombres procedentes del nomadismo engendrado por el Modo de Producción Capitalista; este núcleo de población foránea tendrá, en un corto espacio de tiempo, un peso específico, cuantitativamente hablando, superior al de la población autóctona y será el introductor de unos hábitos y costumbres distintos, transformadores de los específicamente urbanos14.

Y digo que se produce una ruptura en los comportamientos demográficos urbanos, a raíz de la alteración del equilibrio de crecimiento real e ideal, cuando la ciudad ha mantenido durante años un crecimiento real basado en el movimiento natural de su población, amén de las posibles incorporaciones de inmigrantes estables o coyunturales, y se convierte en una ciudad cuyo crecimiento no depende de su crecimiento natural, sino casi exclusivamente de las incorporaciones migratorias15.

De tal crecimiento dependiente surgen las alteraciones de la mortalidad estructural. La mortalidad estructural es la producida por las enfermedades contagiosas e infecciosas, cuyo origen no tiene por qué ser epidémico. No se incluye aquí la mortandad producida por accidentes laborales y mecánicos, porque se corresponde en términos cuantitativos con otra esfera de los comportamientos o pautas demográficas propias de una infraestructura sanitaria dotada de medios y de la penuria laboral existente, si bien ambas explicarían y corroborarían con sus datos las argumentaciones de la mortalidad estructural16.

Al mismo tiempo, podemos unificar las diferencias fundamentales y el comportamiento que éstas ofrecen:

  1. Población autóctona que mantiene los comportamientos demográficos y la mortalidad estructural.

  2. Población foránea que altera los comportamientos demográficos y la mortalidad estructural.

  3. Población autóctona que altera los comportamientos demográficos y la mortalidad estructuras.

  4. Población foránea que mantiene los comportamientos demográficos y la mortalidad estructural.

No introduzco las variantes correspondientes al mantenimiento y la alteración diferenciadas entre los comportamientos demográficos y la mortalidad estructural, porque van estrechamente asociados.

Estos cuatro grupos se diferencian, se entremezclan e introducen un nuevo tipo de estructura demográfica madrileña, cuyo modelo se inicia alrededor de los años 50 y se asienta y consolida en los años de la Restauración.

Las explicaciones son obvias. En la ciudad de Madrid empiezan a efectuarse cambios urbanísticos-estructurales de consideración (accesos ferroviarios, desarrollo de mercados, necesidad de ampliación de avenidas, etc.) a partir de los años 50. También consolida su papel centralizador de la administración y de los servicios, hasta convertirse en capital financiera y de transacciones comerciales, cuando el principal comprador a escala nacional es el Estado. Esto es, adecúa la ciudad a un nuevo Modo de Producción, el cual requiere unas transformaciones sociales, económicas y de infraestructura. La respuesta no se deja esperar: una gran masa de población se traslada a la Villa17. Basta una década de transformaciones estructurales del viejo sistema productivo, para que la población experimente un crecimiento superior al que tuvo en el medio siglo precedente.

Los pasos que se inician desde ese momento van a engendrar los grupos anteriormente apuntados: el grupo autóctono y el foráneo, con sus peculiares características.

En demografía, como en todos los campos que operan con el mundo cuantitativo, es imprescindible desagregar los datos estad ´siticos para llegar a unas conclusiones lo más ajustadas posibles y cercanas a la realidad.

Recuérdese la falacia del conocido silogismo: “si en Madrid hay dos habitantes y uno se come un pollo, estadísticamente hablando cada uno se ha comido medio pollo”.

Los mismos errores se comenten en demografía. Tan ardua es la tarea de trabajar con medios geográfico-territoriales comunes, por las constantes reformas administrativas, que se tiende a trabajar con distritos que no se corresponden entre sí en extensión, aunque mantengan la misma denominación (es el caso de las reformas de 1885 y 1902), en los casos que se intenta una mayor desagregación, o con los datos totales de la ciudad. Dicho de otra manera seguimos con la cuenta del medio pollo por habitante.

Para no caer en un error tan burdo, resulta imprescindible adecuar la infraestructura administrativa al devenir de la población. Así, realizaremos una valoración analítica coherente, lo más desagregada posible, que permita vislumbrar un horizonte real, que posibilite afirmar que uno se ha comido un pollo, mientras que su vecino está muerto de hambre.

Madrid inicia su reestructuración como resultado de un Proceso de transición a un nuevo sistema productivo que altera sus coordenadas de crecimiento natural. Estas coordenadas son cambiadas por una masiva migración, que da un rápido vuelco a su estructura demográfica. Además, dicha ciudad viva, en movimiento, carece de capacidad de absorción de los contingentes de inmigrantes percibidos. Dos carencias primordiales motivan esta incapacidad de absorción: la escasez de puestos de trabajo, con el consiguiente abaratamiento de la mano de obra (lo cual reproduce las condiciones de penuria del campo español con un bajísimo consumo), y la infraestructura deficiente, caracterizada por la escasez de viviendas y servicios higiénico-sanitarios, entre otras cosas, lo cual encarece los alquileres y provoca el hacinamiento y la subida espectacular de la mortalidad estructural18.

Ambas carencias repercuten de manera diferente en los grupos anteriormente señalados, dado que el madrileño autóctono y el foráneo que lleva años asentado en la ciudad siguen sometidos a las mismas condiciones de habitabilidad de sus viviendas, que reúnen mejores o peores condiciones, pero de hecho no tienen por qué ver alteradas sus habitaciones. No obstante, este grupo de individuos se encuentra con un componente nuevo que va a cambiar su situación laboral y de vida al ofertar una mano de obra más competitiva tanto en las capas dominantes como en las capas populares, introduciendo un alto grado de movilidad social.

En cambio, el foráneo de reciente incorporación tendrá que integrarse en el ritmo urbano, con escasas posibilidades adquisitivas y en franca competencia por su espacio vital. Se dará, así lugar a una población que manifiesta vivir mejor de lo que realmente vive, a una “escoria” social que ha agotado sus recursos y hace de Madrid un punto obligado de destino, a una “clase agrícola” que vive aceptando nuevas pautas de conducta, etc. Unos se hacinan en las viviendas en condiciones miserables, otros empujan a parte de la población a escalones sociales inferiores.

Los resultados no se dejan esperar y la ciudad se convierte en un hormiguero humano, con un sistema productivo que es incapaz todavía de requerir de una forma estable tan abundante mano de obra. Pero el flujo humano continúa con los problemas ante la incapacidad de orientar las inversiones, que buscan la obtención de rápidos rendimientos, hacia una política de vivienda e infraestructura que dote de servicios básicos a la población y permitan la absorción de la mano de obra, al posibilitar unas condiciones mejores de salubridad habitacional. El goteo se transforma en un mar de muerte que convierte la Villa en una auténtica contradicción con un crecimiento ideal negativo, en contraposición con la España rural, cuyo balance es positivo, y con un crecimiento real superior a la media española.

Si proseguimos con los criterios clásicos, las tasas de Madrid difieren ostensiblemente de las nacionales. Cabe aquí establecer el nuevo criterio en los estudios demográficos madrileños, ya que no caben más especulaciones gratuitas.

¿Quién soporta esta sangría? ¿Madrid y su población autóctona o su población foránea? ¿Las capas populares?

Ante este dilema, la respuesta inmediata es que mueren los menores de un año en una elevada proporción y representan el equis por mil de la mortalidad. Pero reitero la pregunta anterior: ¿de la población autóctona o de la foránea?, ¿de las clases dominantes o de las marginales?

En líneas generales, esta sería la situación iniciada a finales de los años 40 y que se ve consolidada como modelo en los años de la Restauración, que estará vigente durante una parte importante del siglo XX, consistente en un crecimiento poblacional superior al español, que se contradice con su inferior tasa de natalidad y su superior tasa de mortalidad. Es decir, nacen menos personas y mueren más que en el conjunto de España; sin embargo, su crecimiento es superior. Por tanto, establece un modelo de crecimiento demográfico dependiente del movimiento migratorio.

En el Modo de Producción Capitalista la tendencia a la migración del campo a la ciudad es un hecho indiscutible, por la elevada demanda de mano de obra que exige el proceso de industrialización, y por el excedente demográfico rural generado por la tendencia ascendente de la mecanización que sustituye la mano de obra por maquinaria o nuevas técnicas de cultivo. Pero en el caso madrileño no se debe mantener este criterio como base receptora de inmigrantes, pues es harto conocido que el proceso de industrialización madrileño no se emprende, a gran escala, hasta bien entrado el siglo XX (años 60).

En síntesis, Madrid es una ciudad de transición, que antes de adaptarse al nuevo Modo de Producción, recibe una riada de inmigrantes, como consecuencia de las desamortizaciones, que alteran el antiguo ritmo de crecimiento urbano, produciendo una explosión demográfica.

Pero la falta de capacidad de asimilación de dicha riada de inmigrantes varía la dirección inversora al aprovechamiento rápido y beneficioso de una mano de obra abundante y, aparentemente, inagotable. Se producirá, de esta manera, una desvalorización de los potenciales recursos humanos allegados, que dará como resultado inmediato una elevada mortalidad entre los jornaleros y sus familiares. Mortalidad que se refleja o no en los procesos epidémicos, lo que suele suceder, pero que es notoria en el proceso de mortalidad denominado endémico. El crecimiento es dependiente, porque son inmigrantes; la natalidad es dependiente, porque las tasas de reproducción de los inmigrantes mantienen los modelos rurales (cuantos más hijos, más mano de obra); la mortalidad es dependiente, porque es soportada sobre todo por los inmigrantes.

Este el modelo demográfico que ofrece Madrid, con un rápido crecimiento, de origen migratorio, no demandado por su sistema productivo, que repercute en unas tasas urbanas, totalmente desplazadas de las nacionales, superiores en mortalidad e inferiores en natalidad. No es que sea atractivo; es obligatorio para sobrevivir.

1 Crecimiento Ideal sustracción simple entre la natalidad y la mortalidad.

2 Crecimiento Real diferencia entre dos períodos intercensales.

3 Moral, Carmen del. (1974) La sociedad madrileña fin de siglo y Baroja. Madrid. Ed. Turner, pág. 27.

4 Camarero, Antonio (1984): La muerte en Madrid 1900-1920. Madrid. Memoria de licenciatura. Facultad de Geografía e Historia. Tablas VII, VIII y IX.

5 Hawley, Amos H. (1982): Ecología humana. Madrid, 3ª edición. Ed. Tecnos.

6 Marx, Karl (1967): Formaciones económicas precapitalistas. Madrid. Ed. Ciencia Nueva, pág. 161 (…) proceso de disolución [de la relación con la tierra] que convierte a una masa de individuos de una nación (…) en trabajadores asalariados potencialmente libres (individuos obligados simplemente por su carencia de propiedad a trabajar y a vender su trabajo, no supone la desaparición de las anteriores condiciones de propiedad de estos individuos. Por el contrario, supone solamente que su uso ha sido modificado, que se ha transformado su modo de existencia, que han pasado a poder de otras personas (…).

7 Nadal, Jordi (1971): La población española. Barcelona, 2ª edi. Ed. Ariel, págs. 88 y ss. Sobre la política poblacionista del siglo XVIII.

8 Instituto de Reformas Sociales (1905): La emigración. Información legislativa y bibliografía de la Sección Primera técnico administrativa. Madrid, Págs. 13-74.

9 Díaz Valderrama, José (1858): Historia, servicios notables, socorros, comentarios de la cartilla y reflexiones sobre el cuerpo de la Guardia Civil. Madrid, pág. 20. Por Reales Decretos de 14 de marzo y 12 de abril se mandó formar el Cuerpo de la Guardia Civil, … Se encargó su organización al Excmo. Sr. Duque de Ahumada.

10 Casares Alonso, Aníbal (1973): Estudio histórico-económico de las construcciones ferroviarias españolas en el siglo XIX. Madrid. Ed. Estudios del Instituto de Desarrollo económico. Pág. 30. El cambio de estructura que se opera en la economía española a partir de 1855, merced al desarrollo ferroviario, es evidente, estableciendo una nueva red de interdependencias, a través de las cuales la actividad económica sigue nuevos cauces y establece nuevas conexiones.

11 La expresión desheredados de la tierra, empleada en la prensa y la literatura del siglo pasado [XIX], es lo suficientemente rica para necesitar una explicación.

12 Instituto de Reformas Sociales (1905).

13 Engels, Federico (1968): Anti-Düring. Madrid. Ed. Ciencia Nueva. Pág. 291. La concepción materialista de la historia parte del principio de que la producción y, junto con ella, el intercambio de sus productos, constituyen la base de todo el orden social.

14 Revenga, Ricardo (1901): La muerte en Madrid. Madrid.

15 Hauser, Philip (1902): Madrid bajo el punto de vista médico social. Madrid.

16 Mortalidad estructural es aquella que guarda un orden y una distribución determinada en el seno de una sociedad.

17 En 1848, 217.000 habitantes, y en 1857, 281.000.

18 Véase Hauser, Philip (1902); Moral, Carmen del (1974), y Camarero, Antonio (1984).

Distribución urbana de la población de España 1857 a 1900

Distribución urbana 1857 a 1900 (Texto con Tablas y Gráficos. Versión en PDF)

Antonio Camarero Gea. Distribución urbana de la población española 1857 a 1900

La ausencia de un criterio sólido para definir la frontera cuantitativa, entre un municipio urbano o un municipio rural, me obliga a establecer un criterio que deslinde y clarifique los términos de partida. Consideraré como núcleo urbano aquel municipio (aglomeración) que supera los 20.000 habitantes, que tomaré como índice referente de ciudad, al considerarlo así de forma incuestionable la Conferencia Europea de Estadística1.

TABLA IV

Municipios con más de 20.000 habitantes

1857 a 1900

Tipo

1857

Nº de Ciudades

1900

Nº de Ciudades 

Capitales

9,43%

22

15,70%

35

Municipios no capitales

3,49%

19

5,68%

35

Total

12,92%

41

21,38%

70

Fuente: Elaboración propia

En la Tabla IV quedan desglosados los municipios en capitales de provincia y municipios no capitales que superan los veinte mil habitantes, cuantos eran y porcentaje de la población española que contenían en los censos de 1857 y de 1900.

Según el criterio cuantitativo reseñado de 20.000 habitantes que diferencia un municipio como urbano, en el año 1857 vivían agrupados en 41 ciudades solamente el 12,92% de la población. Cantidad que no era muy relevante en sí misma, pero que en un país con una baja densidad de población, significaba la superación de la población total de Castilla y León en ese año. El avance de la urbanización es indicativo y, cuarenta y tres años después, en 1900 ya representaban el 21,38%, lo que casi equivaldría a la población total de las regiones de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Navarra concentrada únicamente en esas 70 ciudades.

En este período, el aspecto más destacable, sería el importante incremento de los municipios no capitales tanto en número (casi se duplican) como en población contenida, que aumenta proporcionalmente casi lo mismo (62,75%) que las capitales de provincia, mientras que las capitales incrementan su población en un 66% y crecen en número en un 60%. Podría considerarse que el tránsito hacia una nueva sociedad urbanizada ha emprendido su andadura de una forma constante en la segunda mitad del siglo XIX.

La distribución regional de estos núcleos urbanos, tanto las capitales como los municipios, difiere según las regiones. En uno casos se articulan como una única cabecera urbana regional que ronda el 10% de la población regional en las regiones en declive y baja densidad como es el caso de Aragón (Zaragoza) y Navarra (Pamplona) o en regiones ascendentes de interior y baja densidad Extremadura (Badajoz) donde no alcanza el 5%.

Por el contrario, el poblamiento de cabecera urbana regional se aproxima al 20% en las regiones en ligero declive o ascendentes Baleares (Palma de Mallorca), aunque no es exacto en el caso de Canarias por su bicefalia insular (Tenerife y Las Palmas) y Cantabria (Santander).

En otros, predomina la dispersión urbana con 6 núcleos en regiones de baja densidad y baja concentración como acontece en ambas Castillas o de alta densidad con 7 núcleos como es el caso de Galicia.

Por último, está el modelo de alta urbanización regional, que es en líneas generales el que se ha considerado como modelo de la urbanización española, ya sea concentrada o dispersa, que supera el 25% de la población en sus ciudades, como acontece en los casos de Andalucía, Asturias, Cataluña, Madrid, Murcia, País Vasco y Valencia.

15

Tabla V

Principales ciudades españolas

1857 a 1900

Ciudad

nº de orden 1857 y 1900

1857

1900

Madrid

1 y 1

281.170

539.835

Barcelona

2 y 2

183.787

533.000

Valencia

4 y 3

106.435

213.550

Sevilla

3 y 4

112.529

148.315

Málaga

5 y 5

94.293

130.109

Murcia

6 y 6

89.314

111.539

Cartagena

10 y 7

59.618

99.871

Zaragoza

9 y 8

63.399

99.118

Bilbao

n y 9

17.923

83.306

Granada

8 y 10

68.743

75.900

Lorca

12 y 11

47.918

69.836

Cádiz

7 y 12

70.811

69.382

Valladolid

n y 13

41.943

68.789

Palma de Mallorca

11 y 14

51.871

63.937

Jerez de la Frontera

12 y 15

51.339

63.473

Córdoba

n y 16

42.909

58.275

Santander

n y 17

28.907

54.694

Alicante

n y 18

27.550

50.142

Fuente: Elaboración propia

En el año 1857, de los 41 núcleos citados, tenían especial relevancia doce ciudades, de las que diez eran capitales de provincia y dos eran grandes municipios. La preeminencia vendrá dada como consecuencia del número de personas que agrupaban, pues del total de estos 41 núcleos, había ocho con más de 50.000 habitantes (Cádiz, Jerez de la Frontera, Granada, Málaga, Zaragoza, Palma de Mallorca, Murcia y Cartagena) y cuatro rebasaban los 100.000 (Sevilla, Barcelona, Madrid y Valencia).

El siglo XIX finalizaría con 18 grandes ciudades, de las cuales doce rebasaban los 50.000 habitantes (Cádiz, Córdoba, Granada, Jerez de la Frontera, Zaragoza2, Palma de Mallorca, Santander, Valladolid, Cartagena, Lorca, Bilbao3, Alicante), cuatro contaban con más de 100.000 (Málaga, Murcia, Sevilla y Valencia4) y dos superaban los 500.000 (Madrid5 y Barcelona6). Resulta francamente notoria la consolidación de los núcleos indiscutiblemente urbanos de Cartagena, Jerez de la Frontera y Lorca que forman parte del16 elenco de doce ciudades con más de cincuenta mil almas. El mapa de las grandes ciudades durante este período se asienta, pues no solamente subsisten a lo largo de estos 43 años todas aquellas que conformaban los doce núcleos iniciales de 1857, sino que incluso se incrementa su número en un cincuenta por ciento, al alcanzar un total de dieciocho.

Tabla VI

Crecimiento de los principales núcleos urbanos

1857 a 1900

Bilbao

464,80%

17.923

83.306

Barcelona

290,01%

183.787

533.000

Valencia

200,64%

106.435

213.550

Madrid

192,00%

281.170

539.835

Santander

189,21%

28.907

54.694

Alicante

182,00%

27.550

50.142

Cartagena

167,52%

59.618

99.871

Valladolid

164,01%

41.943

68.789

Zaragoza

156,34%

63.399

99.118

Lorca

145,74%

47.918

69.836

Málaga

137,98%

94.293

130.109

Córdoba

135,81%

42.909

58.275

Sevilla

131,80%

112.529

148.315

Murcia

124,88%

89.314

111.539

Jerez de la Frontera

123,64%

51.339

63.473

Palma de Mallorca

123,26%

51.871

63.937

Granada

110,41%

68.743

75.900

Cádiz

97,98%

70.811

69.382

Subtotal de las 18

175,85%

1.440.459

2.533.071

Total con + de 20000

201,56%

1.975.296

3.981.353

España

120,46%

15.454.514

18.616.630

Fuente: elaboración propia

Las divergencias se producen cuando contrastamos el crecimiento de cada uno de estos núcleos urbanos, véase la Tabla VI que contiene el aumento porcentual absoluto de los 18 municipios, el incremento porcentual de su subtotal, el de la totalidad de los municipios con más de veinte mil residentes y el general de España. Como se puede apreciar, todos los municipios con más de 20.000 habitantes duplicaron la población que en ellos residía y quintuplicaron la media de crecimiento española. Por el contrario, los grandes núcleos experimentaron un crecimiento inferior en un 25%.

Resulta muy significativo que, si exceptuamos el caso de Bilbao que rondaba las 20.000 personas en 1857, todas las ciudades con más de 50.000 crecen por debajo de la media de los municipios que superan el índice de ciudad. Si excluyo Barcelona del citado computo, es a causa de la suma de anexiones17 municipales que se produjeron en este período, de igual forma habría que actuar con la ciudad de Valencia que también procede a la anexión de un número significativo de municipios colindantes y, en menor medida, las anexiones menos relevantes de Madrid y Zaragoza. De igual modo, resulta revelador que de las mayores ciudades españolas, solamente Granada tuviera un crecimiento inferior a la media española y Cádiz redujese su población.

1Estadística de Praga

2Incorpora en el censo de 1887 los municipios de Alfocea 240 habitantes, Casetas 361, Juslibol 393 y Monzalbarba 707.

Incorpora en el censo de 1897 Peñaflor con 1.062 personas.

En total había incorporado 2.763 habitantes.

3El censo de 1897 incorpora el municipio Abando que tenía 4.015 habitantes en el censo de 1887.

4En el censo de 1877 incorpora Beniferri, Benimaclet, Patraix y Ruzafa que tenían 14.127 habitantes en el censo de 1860.

En el censo de 1887 incorpora Benimamet y Orriols que tenían 1.921 habitantes en el censo de 1877.

En el censo de 1897 incorpora Borbotó, Campanar, Mahuella, Pueblo Nuevo del Mar y Villanueva del Grao con 19.839 habitantes en el censo de 1887.

En el censo de 1900 incorpora Benifaraig, Carpesa y Masarrochos con 2.065 habitantes en el censo de 1897.

En total había incorporado 37.952 habitantes.

5El censo de 1887 incorpora La Alameda que tenía 274 habitantes en 1857.

6El censo de 1897 incorpora los municipios de Gracia, San Andrés de Palomar, San Gervasio de Cassolas, Sans, Corts y San Martín de Provensals que tenían una población de hecho en el Censo de 1887 de 124.830 habitantes.