UCM 2016 (29-08)

Desde la lejanía y la independencia (espacial y profesional) entro en la web de la UCM y percibo que el equipo de gobierno actual parece desconocer las funciones de las diferentes herramientas que las tecnologías de la información nos ofrecen.

Cuando se acomete un proyecto como una web hay que tener un conjunto de objetivos claros.

El punto de partida lo establece el hecho de que todo tipo de trabajo que se desarrolla en el mundo de la informática queda obsoleto antes de ver la luz. Es evidente que no hay capacidad para estar actualizando el diseño estructural al ritmo de la evolución informática. Si se consigue, supondrá la superación de muchos programadores.

El primero de los objetivos consiste en tener un conocimiento casi enciclopedista de la institución. Eso significa saber el conjunto y la suma de subconjuntos que forman parte de la misma. Su producto es ofrecer una imagen respetable de una institución centenaria transmisora del conocimiento que faculta para el desempeño profesional cualificado y que acomete relevantes investigaciones, procurando la innovación y el desarrollo orientado a la sociedad que la financia. Con independencia del electo de turno y del nivel jerárquico que ocupe dentro de la misma.

El segundo mantener un criterio claro de los sistemas de navegación en internet. Hay demasiadas cosas que saltan a la vista para saber que se está llenando la página de «fotocopias pinchadas con chinchetas» son los vulgarmente conocidos documentos en pdf y en programas de una multinacional cuyas extensiones más conocidas son .doc o .docx. Cualquier avezado intelectual sabe que eso mismo y mejor se puede hacer en un buen gestor de texto de html (creo que va por su versión 5), que hoy por hoy sigue vigente.

El tercero valorar si las modas en programación, los juguetes, las imágenes y el diseño se corresponden con una institución tan excelente y reconocida internacionalmente. En nada acomplejada por los manipulados sistemas internacionales del marketing anglosajón de los rankings. Ya se sabe. Cuando uno paga a uno le sitúan en una buena posición. Es un burdo ejemplo de las Agencias Económicas de Clasificación que sirve para pasar la hucha recaudatoria.

El cuarto anteponer a la crítica el análisis y la alternativa. El objetivo siempre tiene que ser la construcción de un sistema de proyección de la UCM de calidad y que al menos debe tener en cuenta la opinión de quienes forman parte de la universidad. Para otras aventuras están las páginas personales, los blogs, facebook, twitter y ….

Piensa, analiza, valora, proyecta y dimensiona.

 

 

UCM (universidad pública)

Mi vida ha transcurrido estrechamente vinculada a la Universidad Complutense de Madrid.

Desde mi más tierna infancia mis tías, modistillas, me traían a jugar y a merendar a los pinares de mi universidad o del parque del Oeste. Aún eran evidentes los impactos de bala y de mortero en los edificios de la universitaria y los daños que había como consecuencia de la guerra. Habían transcurrido ya 14 años del final de la sangría humana y el corazón de la cultura y de la transmisión del conocimiento aún no había recuperado el pulso.

El tranvía de la universitaria, como el tranvía de los bulevares (Marqués de Urquijo, Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta, Génova) daban un aire de normalidad a las zonas colindantes y un respeto al medio ambiente, que posteriormente sería alterado por la supresión de los tranvías (de los bulevares en 1957), por la supresión de los bulevares, dando prioridad absoluta a los automóviles.

Fueron duros los años de las confrontaciones entre estudiantes de febrero de 1956 con una izquierda universitaria incipiente y los estudiantes falangistas. (Los sucesos de 1956 se refieren a una serie de disturbios acaecidos en Madrid en febrero de dicho año, involucrando a estudiantes universitarios contrarios al régimen imperante en la época, falangistas y otras ramas del entramado franquista, y que concluyó con la destitución entre otros del Ministro de Educación, Joaquín Ruiz-Giménez.)

Mis entradas constantes en las pistas deportivas de la universitaria con mi primo José y sus compañeros universitarios están asociadas a mi tránsito entre la infancia y la juventud.

En el año 1967 es cuando abro los ojos ante la realidad educativa y sociopolíticoeconómica de la sociedad franquista, como decíamos entonces. El nacimiento del Sindicato Democrático de Estudiantes Universitarios en el año 1967 me vincula de otra forma a la universidad, se decía entonces «se ha producido un salto cualitativo en los movimientos de masas de los estudiantes y se avanza en la alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura». En la UCM había un núcleo importante de personas del PCE, del Felipe (Frente de Liberación Popular Español) y del PCE M-L (pensamiento Mao Tse Tung). Uno de sus objetivos se cumplió se extendió el movimiento estudiantil por todo el país y comenzó su implantación en los institutos de Enseñanza Media la Unión Democrática de Estudiantes de Enseñanza Media UDEEM y la Federación de Estudiantes de Enseñanza Media FEDEM.

El franquismo veía como se deshilachaba su Falange, su Sindicato Español Universitario SEU, su Organización Juvenil Española OJE, sus organizaciones católicas la HOAC, las JOC y las JEC. Empezaron a surgir organizaciones clandestinas o semiclandestinas donde no las había y, sobre todo se perdió el miedo, quienes nos movíamos con mayor o menor formación ideológica teníamos una ventaja que no queríamos matar a nadie por su forma de pensar y que habíamos nacido después de la guerra.

Nos convertimos en un colectivo estudiantil creciente que quería respirar y que en el 68 junto con Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, y otros muchos países promovimos importantes movilizaciones en defensa de Vietnam contra el imperialismo yanqui, en contra de los tanques que invadieron Checoslovaquia el otro imperialismo y contra las dictaduras. Evidentemente eramos la generación de la posguerra en el mundo entero.

Pero sobre todo nuestro gran salto en materia educativa fue la lucha contra la Ley de Educación de Villar Palasí en los 70, releyendo algún texto de aquella época compruebo que las luchas contra las enseñanzas memorísticas, contra la falta de relación con la sociedad de las enseñanzas, la ausencia de formación aplicada perdura en la actualidad. Teníamos una única ventaja las TASAS universitarias no eran desorbitadas y la reivindicación del hijo del obrero a la universidad estaba motivada sobre todo por no poder prescindir de su sueldo y por la falta de plazas en las universidades.

Hubo un retorno a la represión muy dura detenciones, multas, exilios, cárcel y algunos compañeros muertos. Fueron los últimos años de la dictadura con estados de excepción sumarísimos consejos de guerra, procesos del tribunal de orden público. Años de plomo que vivimos los estudiantes y los trabajadores.

Con la muerte del dictador, con la transición, con la Constitución del 78 parecía que se iniciaba un nuevo ciclo. La universidad abría sus puertas y personas que no pudimos acceder a puestos de trabajo en el sector público, por antecedentes penales, pudimos incorporarnos. Siguieron las luchas contra la Ley de Autonomía Universitaria (LAU) del gobierno de Suarez (UCD), contra la Ley de Reforma Universitaria (LRU) del gobierno de González, contra la Ley Orgánica de Universidades (LOU) …

La Ley Orgánica de Libertad Sindical (LOLS), el Estatuto de los Trabajadores y la Ley de Órganos de Representación abrieron las puertas a la representación de los trabajadores en las universidades y a la implantación del sindicalismo. Un sindicalismo que se resistía entre los docentes que preferían las estructuras institucionales para la defensa de intereses particulares y se diferenciaban del personal de administración y servicios que utilizaba su capacidad colectiva.

Universidad que ha visto un sinnúmero de reformas de planes de estudio. Muchas reformas sin evaluar y, sobre todo, sin analizar que la sociedad española está formando para el subempleo (carece de modelo productivo de nuevo tipo) o para abaratar los gastos de formación a otros países (migración de titulados) del proletariado del siglo XXI.

UCM es mi hora de salida. Tengo el mundo universitario, los amigos, los compañeros, los contrincantes, las políticas, la gestión, el estudio en mis venas y a todas las personas que conozco y he conocido a lo largo de estos años en la mente. Solamente os digo que desde fuera seguiré trabajando y luchando por lo que he hecho toda mi vida.

Por la Universidad Pública, por la igualdad de derechos entre todas las personas que trabajan y estudian en la universidad y viven en este mundo, contra la prepotencia de los poderosos, por la cultura y el conocimiento, por el derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud y a la educación. Pero sobre todo por una TOLERANCIA CERO A LA VIOLENCIA.

Espero que mis amigas y compañeras feministas, que lean esto no malinterpreten mis palabras, que no van en masculino. Ya que tengo muy presente que todas las personas son iguales con independencia de su género, de su origen, de su opción sexual o ideológica.

Universidad e investigación

La investigación es una de las funciones encomendadas por la Ley a las Universidades.

Pero la investigación es sobre todo consecuencia de la inquietud humana, que por medio de métodos empíricos avanza en la obtención de nuevos conocimientos. Estas mejoras del conocimiento permiten resolver cuestiones o interrogantes sociales y culturales.

Hay formas de promover la investigación por quienes disponen de los recursos públicos (interés general):
– la Unión Europea
– la Administración pública
– la Administración autonómica
– la Administración local
– Organismos Internacionales

Hay formas de promover la investigación por quienes disponen de los recursos privados (interés particular o general):
– Empresas multinacionales
– Empresas o Uniones de empresas nacionales o internacionales

La existencia de esos recursos y hacia donde se canalizan es la vía de priorizar los intereses que una sociedad tiene en el fomento de la investigación.

La cuantía que la Unión Europea destina a la investigación en estos momentos esta relacionada con el Programa HORIZONTE 2020 con una cantidad de 15.000 millones de euros para los dos primeros años y un monto total de 79.400 millones de euros.
Además hay otras partidas que guardan relación con la investigación en el UE.

España con un gasto en I + D del 1,24% del PIB situando al país en el puesto décimo séptimo de la UE después de una progresiva reducción desde el 1,39 % del PIB en 2010. Aumenta la brecha con la Unión Europea, con China y con EEUU.

En 2013, las actividades de I+D se financiaron, principalmente, por las empresas (46,3%) y las administraciones públicas (41,6%).

La Comunidad de Madrid ha destinado 36 millones de euros a 50 programas de investigación que se desarrollarán entre el 2014 y el 2018. Equivale a un 0,02% del PIB de la Comunidad si fuese el gasto inversión en Investigación.

La administración local española creo que no tiene en consideración, ni en sus presupuestos ninguna cantidad asignada en suss presupuestos.

Este es el panorama de la Inversión en Investigación de nuestros poderes públicos.
Por tanto en España se promueven las pateras de jovenes científicos. Un nuevo modelo productivo requiere inversión en Investigación, I + D + i. Su viejo modelo sin despreciar a nadie promueve trabajo de baja cualificación, bajos salarios y una masa crítica de parados que abarate los gastos de producción.

Universidad pública (su modelo)

El gobierno de España y los gobiernos de las Comunidades Autónomas españolas promueven un nuevo modelo de universidad pública:

Una universidad pública mal financiada.
Una universidad pública que pierde empleados públicos.
Una universidad pública que disminuye el acceso de personas al estudio.
Una universidad pública que reduce la equidad.
Una universidad pública que ve alteradas constantemente la estructura de sus planes de estudio.
Una universidad pública que ve abandonar el país a sus egresados.
Una universidad pública carente de recursos para la investigación.
Una universidad pública que ve el deterioro de sus instalaciones.
Una universidad pública constantemente agredida en los medios de comunicación, excepto cuando sus egresados consiguen grandes logros en otros países o individualiza los avances científicos, sociales o culturales de los miembros de la universidad pública.

«Una universidad pública española que cuenta con el mismo presupuesto que dos de las más de 3000 universidades de Estados Unidos»
Las universidades españolas. Una perspectiva económica 2014
http://www.eldiario.es/agendapublica/impacto_social/Presupuestos-Universidad-cronica-retroceso_0_348915963.html

Es evidente que se necesitan cambios en la universidad pública para establecer un modelo de universidad acorde con la transmisión del conocimiento y de los resultados obtenidos a la sociedad, sustentados en la investigación y en la experimentación científica. Pero los cambios no pueden ser producto de decisiones unilaterales, ni unidireccionales. Han de ser decisiones producto de un consenso, que lógicamente incorpore a los diferentes agentes afectados y que se plasmarán en los desarrollos normativos correspondientes.

Los cambios son en algunas cosas imprescindibles para no anquilosar la institución. Ahora bien se ha realizado una evaluación de las universidades públicas, que permita conocer sus deficiencias y sus logros. La identificación de las deficiencias debe permitir establecer un diagnóstico general de la universidad pública española y un diagnóstico particular de cada una de las universidades.
Ese diagnóstico servirá de base para orientar las posibles directrices a adoptar y saber hacia donde debe orientarse un sistema público, para lograr los niveles de excelencia que queremos alcanzar.

Se podrá objetar que ha habido informes de expertos. Los informes de las comisiones de expertos no son una base solida para adoptar alternativas que afectan al futuro de la transmisión del conocimiento en las instituciones universitarias españolas. Normalmente suelen ser estudios sesgados al que se le han puesto unos determinados indicadores de partida que condicionan el informe.

Una evaluación seria debe disponer de una tabla de indicadores acordados y consensuados entre los distintos agentes afectados. Ahora bien se me viene a la cabeza, ¿cómo participará la ciudadanía en estas cuestiones? y no me sirven sus representantes políticos (Congreso, Senado, Asambleas legislativas). Hasta ahora estos representantes han demostrado un alto grado de desconocimiento de la universidad y emiten opiniones basadas en artículos periodisticos o en experiencias asociadas al mundo empresarial. De esta evaluación debería salir la base para el modelo de universidad pública que queremos para los próximos años y que supere el aventurerismo político de quienes ya han demostrado su capacidad para destruir el sistema de Cajas de Ahorro y que ahora quiere destruir el sistema público universitario español.

Si hiciesemos una pequeña encuesta con un reducido número de preguntas sobre la universidad. Comprobaríamos el grado de desconocimiento que tienen nuestros legisladores y nuestros periodistas. Muchos de ellos no podrán contestar preguntas tan sencillas como cuantas leyes sobre universidad se han aprobado desde la vigencia de la actual Constitución española. Cuantas modificaciones de planes de estudio (totales o parciales) ha habido en estos casi 40 años. Eso si no hay que hacer trampas recurriendo al Tito Google que parece que todo lo sabe.

Universidad y estrangulamiento del empleo público

Hay conceptos básicos sobre el empleo y su calidad en el mundo del trabajo.

El concepto general se vincula a la capacidad productiva y, por tanto, a las necesidades de la oferta y la demanda de bienes y servicios generados para la sociedad a la que se dirigen los productos. Evidentemente está condicionado a las características de los medios e instalaciones que se precisan y al número de personas imprescindibles para su actividad.

Las necesidades requeridas a la universidad pública son la formación, la investigación, la innovación y la transferencia a la sociedad. A las que hay que añadir de forma imprescindible la necesidad de gestión, la conservación, el mantenimiento, la reposición de los medios e instalaciones existentes. Se completan con las necesidades de nuevos medios, instalaciones y construcciones acordes con la dinámica de la sociedad.

Es evidente que el empleo público tiene una serie de funciones, que se encuentran tasadas por la legislación. En los últimos tiempos ha sido limitado, por no decir anulado en las universidades por las conocidas Tasas de Reposición.

Las Tasas de Reposición impuestas legislativamente por el Gobierno de España han sido de un 10% para el Personal Docente e Investigador y de un 0% para el Personal de Administración y Servicios (del 50% para este año 2015). Es decir se ha obligado a las universidades públicas a reducir las plantillas con independencia de las necesidades. El gobierno ha impuesto un sistema de reducción de personal o una inmensa «Regulación de Empleo Público» y ha pedido en los medios de comunicación que mejorasen los servicios prestados.

Las consecuencias son malas para la universidad pública y beneficiosas para la universidad privada. Como dijo recientemente un miembro del gobierno español «se está creando empleo en la empresa privada y destruyendo en la administración pública«. Es la evidencia de que el gobierno trabaja en contra de los intereses de los ciudadanos y de sus servicios públicos y lanza mensajes de eficacia, eficiencia y capacidad de generar empleo en el mundo de la empresa privada. Es curioso que el mundo del endeudamiento del país y el mundo de los concursos de acreedores y de los cierres de empresas sea el motor del empleo.

La explicación es evidente. El Gobierno traslada recursos públicos para reflotar empresas privadas (asume la deuda privada) y destruye empleo en la administración pública.

¿Cómo se puede generar empleo en el ámbito público, si se tiene limitada la capacidad de sustituir los puestos de trabajo o la limita a cantidades insignificantes?

Cómo repercuten en la universidad pública las limitaciones?
El personal está con las retribuciones reducidas. El personal tiene una mayor carga de trabajo. Se pide un sobreesfuerzo y carece de compensación.

Ejemplos de distinto tipo: Si una universidad tiene 5 fontaneros y se jubilan o fallecen 2, los 3 restantes han tenido que asumir el trabajo de los 5 (deterioro de la institución, sobrecarga de trabajo, reducción de retribución y encima desprestigio social por ineficacia e ineficiencia).
Si tiene 12 profesores de Economía de Empresa y se jubilan o fallecen 2 y 8 de Química Orgánica y se jubilan o fallecen 2. Es decir 4 bajas y solo puedo reponer 0,4 puestos de trabajo (deterioro de la institución, sobrecarga de trabajo, reducción de retribución y encima desprestigio social por ineficacia e ineficiencia).

Pueden ser numerosos los ejemplos y dirán: pero este año se podrá reponer la mitad. ¿Qué pasa con lo que se ha perdido?

¿Cuánto tiempo se tarda en formar un profesional para cubrir esos puestos? ¿Cuánto tiempo se tarda en convocar y seleccionar a ese personal? ¿Qué hacer con el personal formado con contratos de Profesor Ayudante Doctor que vencen?

¿Qué hacer con profesorado seleccionado interino cuyas plazas no pueden ser convocadas, con experiencia profesional?

¿Qué hacer en general con el personal que debería promocionar o estabilizarse y que no puede ver convocadas plazas limitadas por la tasa de reposición?

En resumen malestar en el personal, desprestigio de la universidad pública. ¿A quién beneficia?

Universidad y asfixia económica

¿Cómo se actúa en contra de una institución para asfixiarla?
Se busca previamente una coartada para actuar en contra de la misma. Esta justificación la ha servido en bandeja la crisis financiera-especulativa.

A continuación se procede a torpedear su actividad, acusando a sus gestores de despilfarro, gobernanza inadecuada, corresponsabilidad en el pago, posición en los rankings de calidad. Es evidente que el marketing de la anglofilia pesa en los medios de las cúpulas dirigentes.

Pero vayamos paso a paso. Solamente en lo que se refiere a la financiación las universidades públicas que reciben una parte de sus ingresos de los presupuestos de la Comunidad Autónoma, donde reside la universidad. Las dos excepciones son la UNED y la UIMP contempladas en los presupuestos del Estado. La otra parte de los ingresos proceden de los precios públicos que pagan los estudiantes. Es decir las familias, además de pagar los impuestos para sostener el sistema público universitario, se ven obligadas a pagar una parte de los estudios de sus descendientes y de mantenerles fuera del mercado laboral.

Ejemplo la Comunidad de Madrid Fuente BOCM 28-12-2007 y 30-12-2013:
Año 2008 Presupuesto de la Comunidad de Madrid 21.235 millones de euros. De ellos se destinaron al mundo universitario público madrileño (6 universidades) 1.060 millones de euros un 4,99%.
Año 2014 Presupuesto de la Comunidad de Madrid 22.673 millones de euros. De ellos se destinaron al mundo universitario público madrileño (6 universidades) 803 millones de euros un 3,54%.

Si me centro en la primera universidad pública presencial de España, la Universidad Complutense, se observa:
En 2008 la UCM percibía de la Comunidad de Madrid una aportación de 387,9 millones de euros un 36,6% de la financiación total, que representaba un 63,9 % del presupuesto de la universidad.
En 2014 la UCM percibía de la Comunidad de Madrid una aportación de 292 millones de euros un 36,4% de la financiación total, que representaba un 57,3 del presupuesto de la universidad.

También de forma complementaria el Gobierno de España y el Gobierno de la Comunidad de Madrid han obligado a reducir los salarios de los empleados públicos. Estas reducciones de salarios vienen recogidas en los presupuestos aprobados por el Congreso de los diputados y por las Asambleas legislativas. Aclaro reducir es disminuir la capacidad adquisitiva del salario. Lo que quiere decir si gano 100 y me reducen a 95, pierdo 5. Si gano 100 y los precios suben a 105 y me congelan el salario en 100, he perdido 5. En castellano me han bajado el sueldo los gobiernos.

Igualmente hay que reseñar las políticas de desigualdad social generadas por la subida de los precios públicos a los estudiantes y la reducción de la cuantía de las ayudas al estudio. Por ejemplo la UCM con 83.000 estudiantes, matriculados en el curso 2013-14, ha recibido de la Comunidad 3.518 € por estudiante al año o lo que es lo mismo 293 € al mes.

¿Cuantos euros públicos se destinan por estudiante en la universidad pública situada en mejor posición en los rankings de calidad? Es decir que presupuesto público recibe la Universidad de California en Berkeley, 4ª del ARWU. Por cierto no tienen traducida su web al español. Cuando obtenga la respuesta, podré opinar sobre posiciones más allá de los indicadores utilizados.

En síntesis. Las universidades han visto reducidos sus ingresos procedentes de las Comunidades Autónomas en un 30% en este período; las Comunidades Autónomas han pretendido «compensar estas pérdidas, pasando la factura a las familias» con el aumento de los precios públicos y el Gobierno de España ha apretado las tuercas reduciendo la cantidad destinada a las ayudas al estudio y aumentando la presión fiscal. Evidentemente las universidades han tenido que reducir sus gastos, que pagar las nóminas todos los meses, aunque estuviesen al borde del abismo generado por los respectivos gobiernos.

Las universidades han sobrellevado las tensiones con sus empleados públicos y con sus estudiantes.

Universidad (un sueño)

Ayer tuve un sueño. No se si estaba relacionado con mi actividad o con mi memoria nostálgica.
Era sobre la universidad pública que se financia con el esfuerzo de las personas que pagamos impuestos. Se me produjo un sobresalto, cuando me di cuenta que no es un gasto que realiza el gobierno de turno. Son los dineros que damos a los gobernantes para que inviertan en el bienestar común.

Esos gobernantes que, a día de hoy, no han puesto en su programa electoral la forma de financiar la universidad pública para que tenga autonomía como dice la Constitución.
Llevan algo así como la friolera de 29 años para poner un proyecto de financiación encima de la mesa.

Sin embargo son muy hábiles los gobernantes de turno y, por desgracia, les entramos al trapo. Las universidades públicas no rinden cuentas y hay que modificar su forma de gobierno.

Vuelvo a entrar en un sueño profundo. ¿Quién ha establecido la forma de control de las universidades públicas?

Me sobresalto los gobiernos por medio de las normas remiten a los Tribunales o a las Cámaras de Cuentas, si controlan o no controlan estos órganos externos a las universidades es ajeno a las mismas.

Los ingresos fundamentales de las universidades públicas son cantidades remitidas con «criterios ideológicos» por los gobiernos, antes el Estado, ahora la Comunidad Autónoma correspondiente.

A ellos hay que añadir otros ingresos, cada vez mayores para aproximarlos a las privadas, las «tasas» o precios públicos que fijan y obligan a las universidades públicas también la Comunidad Autónoma.

¡Eso quiere decir que los gobiernos no se han preocupado u ocupado hasta ahora de como se gasta el dinero de los ciudadanos destinado a las universidades! Me preocupa su irresponsabilidad con el dinero de todos.

Además las normas marcan quién aprueba los presupuestos de las universidades públicas. Ahora viene la respuesta fácil son las universidades.

Pues tampoco los aprueban los Consejos Sociales creados por ley en los parlamentos autonómicos y en los que la representación de la universidad es minoritaria. Mi desazón aumenta pero quien los gestiona y gasta es la universidad. Cierto, pero quien aprueba y da el visto bueno a los cierres de ejercicio y a la cuenta de liquidación es el Consejo Social.

Me revuelvo en la cama con desazón, la universidad goza de la «autonosuya» del gobierno de la Comunidad Autónoma que decide, cuanto da y la forma de control, con sus tres niveles decisorios externos y la responsabilidad es de la gobernanza de la universidad. Es una burla.

Pero eso no elude la responsabilidad en el gobierno de la universidad que si debe gestionar bien, lo poco o mucho que recibe, con criterios de buen uso de los dineros recibidos de la ciudadanía.

Me despierto con sobresalto. Como me puede alterar tanto la universidad pública y sus temas económicos. Pues está relacionado con mi vida cotidiana, he decidido dar autonomía a mi hija en casa con los mismos criterios:
Mi compañera y yo le asignamos una cantidad para vivir. De esa cantidad asignada tiene que pagar todos sus gastos habitación, luz, gas, agua, ajuar doméstico, ropa, comida, estudios, salidas, transporte y sus complementos (libros, teléfono, ordenador, …). Evidentemente nos tiene que proponer en que lo quiere gastar y el grupo de amigos que hemos nombrado le da el visto bueno o hace que lo modifique. Como ella quiere trabajar le decimos que nos parece bien, pero que la cantidad que tiene que cobrar se la marcamos nosotros y se la descontamos de su asignación. A final de año nosotros no nos ocupamos de nada y nuestro grupo de amigos le dice que lo ha gastado siguiendo los criterios marcados y se lo mandan a nuestro administrador para que diga si lo ha hecho bien o mal.

Creo que mi pobre hija me va a decir que pena que me hayáis traído al mundo, pues sois unos padres ineptos e incompetentes cuando me decís que soy una derrochona y que tengo que mejorar mi calidad de vida y los que me la condicionáis sois vosotros.

Esa es la forma de financiar la transmisión del conocimiento a las generaciones futuras

Mañana espero no soñar con la universidad.

27 de diciembre

Estoy interesado en escribir sobre las aportaciones impositivas.

De forma muy sencilla hay dos tipos de impuestos los directos que pagan los pecheros, perdón los trabajadores asalariados, por desempeñar su actividad laboral y los indirectos el impuesto de consumos.

Ejemplo de impuesto directo se entrega una parte de la cosecha al Estado para que este la distribuya.

Ejemplo de impuesto indirecto se abona de forma lineal y acumulativa (trigo, harina, levadura, agua, pan) en especial por los productos de alto consumo.

Los señores feudales (empresarios) están exentos del abono de impuestos directos. Es un hecho evidente que a lo largo de nuestra democracia se ha tolerado que aquellos que se llevan más del 50% de las rentas aporten a la imposición directa (IRPF) menos del 20%. La explicación ha sido siempre simple si ellos saben que hacer con el dinero para que vamos a dárselo a otros.

La Iglesia y los señores feudales (empresarios) detraen recursos del sistema de impuestos obteniendo cuantiosas subvenciones y promoviendo quedar exentos del único pago que realizan como impuestos indirectos.

Un siervo (trabajador, obrero, empleado u operario) compra su pan, su mortadela, su queso y paga en el precio el impuesto de consumo (IVA) correspondiente. El señor feudal (empresario) justifica que adquiere el pan, el jamón de pata negra y el caviar como gastos de la actividad empresarial y se procede a la devolución del IVA correspondiente.

En suma Impuestos Directos e Indirectos son pagados como en el feudalismo por las capas laboriosas de la sociedad. Los señores feudales no solo están excluidos de su pago sino que incluso se les devuelve una parte importante de lo que pagan.

Son especialmente hábiles sacan beneficios directos de la actividad productiva (Marx lo llamaba plusvalía) y reciben cuantiosas subvenciones de los impuestos de los pecheros o personas asalariadas que curiosamente no se les exige que rindan cuentas de las mismas (lo llamaré devolución de parte del impuesto al señor feudal-empresario).

No acaba aquí la cosa, para más INRI (influencia de las libertades educativas padecidas en época del General) se permiten el lujo de decir que si son más controlados y se les suben los impuestos. Ya me daría con un guijarro en los dientes, si así fuera. Se produciría una estampida de capitales. Creo que eso en otra época era un delito y se llamaba fuga de capital.

Ahora avanzando en el modelo se promueve que los trabajadores pasen a la economía sumergida, perdón ahora es más fino la economía informal. Esta fórmula pone la miel en la boca de muchos, pues estos trabajadores «informales» dejan de pagar los impuestos directos para envidia de los trabajadores «formales» y reducen las aportaciones a las arcas públicas.

Es curioso reducen la aportación a los impuestos directos, abaratan los salarios, son antagonistas de los trabajadores «formales», viven al día y están sometidos a los intereses de sus empleadores y a la permisividad de quien debería impedirlo.

La próxima será sobre las cotizaciones sociales (Seguridad Social, Desempleo, Formación, Fondo de Garantía Salarial).

Repúblicas del conocimiento y sus ciudadanos

Las repúblicas del conocimiento en cada uno de los estadios históricos se encuentra sometida a normas externas que condicionan su funcionamiento. La máxima para establecer estas normas son yo pago tu te encorsetas.
Su validez es parcial. Pues a fin de cuentas quienes pagan son los ciudadanos que aportan con sus impuestos el funcionamiento general.
En el estadio actual nos encontramos con las personas que forman parte de la república del conocimiento. Cada una tiene sus capacidades profesionales tasadas y categorizadas por el sistema establecido.
Cada una de estas personas o grupos de clasificación obtiene una relevancia especial y diferenciada. Normalmente se asocia al lugar que ocupan dentro de la república y no tanto por la importancia específica de su cualificación, que posee toda persona con independencia de los niveles, certificados y títulos obtenidos. Se habla de la escuela de la vida y del empirismo.
Pero no pretendo hablar de la emisión de certificados ni del reconocimiento de la cualificación. Sino de las personas que forman parte de la república del conocimiento y la aportación que realizan para que esta funcione.
Estas personas saben que no van a ser expulsadas de la república del conocimiento. Pero también deben saber como van a hacer su actividad, como se va a dirigir, como se les va a formar (sic: conocimiento) en las nuevas herramientas, como se les va a discriminar por reconocimiento del trabajo bien hecho. En concreto como van a ser miembros de la república del conocimiento.

De las repúblicas

Hubo una época en la que se formaron las repúblicas del conocimiento. En ellas se trasladaba a otras generaciones el saber conocido, aunque altamente controlado por la ideología dominante.
Estás repúblicas tomaban forma a partir de la asociación de conocedores de una materia que se agrupaban para dar lugar a pequeños estados de conocimiento que confederados daban lugar a la gran república del conocimiento.
Estas repúblicas siempre han tenido un condicionante la dependencia de los recursos ajenos que condicionaban su autonomía. Han estado asociadas a su tiempo, pero aletargadas en la forma de gobernarse y de allegar recursos.
Hoy día las opciones conservadoras intentan y pretenden volver a someterlas y hacer de ellas dóciles instrumentos del poder o de los intereses de los grandes poderes económicos.
Mientras que las opciones de progreso defienden la autonomía del poder y la capacidad para universalizar el conocimiento.
Esta diferencia no es nueva, siempre ha estado asociada a las crisis de los sistemas sociales, políticos y económicos.
Puede interpretarse como un diagnóstico. Pero este diagnóstico es la historia de la humanidad, tan cuestionada y tan acientífica.