27 de diciembre

Estoy interesado en escribir sobre las aportaciones impositivas.

De forma muy sencilla hay dos tipos de impuestos los directos que pagan los pecheros, perdón los trabajadores asalariados, por desempeñar su actividad laboral y los indirectos el impuesto de consumos.

Ejemplo de impuesto directo se entrega una parte de la cosecha al Estado para que este la distribuya.

Ejemplo de impuesto indirecto se abona de forma lineal y acumulativa (trigo, harina, levadura, agua, pan) en especial por los productos de alto consumo.

Los señores feudales (empresarios) están exentos del abono de impuestos directos. Es un hecho evidente que a lo largo de nuestra democracia se ha tolerado que aquellos que se llevan más del 50% de las rentas aporten a la imposición directa (IRPF) menos del 20%. La explicación ha sido siempre simple si ellos saben que hacer con el dinero para que vamos a dárselo a otros.

La Iglesia y los señores feudales (empresarios) detraen recursos del sistema de impuestos obteniendo cuantiosas subvenciones y promoviendo quedar exentos del único pago que realizan como impuestos indirectos.

Un siervo (trabajador, obrero, empleado u operario) compra su pan, su mortadela, su queso y paga en el precio el impuesto de consumo (IVA) correspondiente. El señor feudal (empresario) justifica que adquiere el pan, el jamón de pata negra y el caviar como gastos de la actividad empresarial y se procede a la devolución del IVA correspondiente.

En suma Impuestos Directos e Indirectos son pagados como en el feudalismo por las capas laboriosas de la sociedad. Los señores feudales no solo están excluidos de su pago sino que incluso se les devuelve una parte importante de lo que pagan.

Son especialmente hábiles sacan beneficios directos de la actividad productiva (Marx lo llamaba plusvalía) y reciben cuantiosas subvenciones de los impuestos de los pecheros o personas asalariadas que curiosamente no se les exige que rindan cuentas de las mismas (lo llamaré devolución de parte del impuesto al señor feudal-empresario).

No acaba aquí la cosa, para más INRI (influencia de las libertades educativas padecidas en época del General) se permiten el lujo de decir que si son más controlados y se les suben los impuestos. Ya me daría con un guijarro en los dientes, si así fuera. Se produciría una estampida de capitales. Creo que eso en otra época era un delito y se llamaba fuga de capital.

Ahora avanzando en el modelo se promueve que los trabajadores pasen a la economía sumergida, perdón ahora es más fino la economía informal. Esta fórmula pone la miel en la boca de muchos, pues estos trabajadores «informales» dejan de pagar los impuestos directos para envidia de los trabajadores «formales» y reducen las aportaciones a las arcas públicas.

Es curioso reducen la aportación a los impuestos directos, abaratan los salarios, son antagonistas de los trabajadores «formales», viven al día y están sometidos a los intereses de sus empleadores y a la permisividad de quien debería impedirlo.

La próxima será sobre las cotizaciones sociales (Seguridad Social, Desempleo, Formación, Fondo de Garantía Salarial).