Día 5 de septiembre de 2023

Parece sencillo escribir acerca de lo que uno tiene en mente cada día. Se puede decir que aprendimos unos signos orales, gráficos o sensoriales que permitiesen comunicarnos y ordenar las ideas en oraciones principales o subordinadas. Es ese orden lo que permite establecer un relato con su sujeto, su verbo transitivo o intransitivo y sus complementos. La suma de todos estos componentes dará lugar a una redacción más clara o más compleja.

Es una reflexión de una persona que procede de un plan de estudios de un sistema educativo antiguo y sobresaturado de memorización y adoctrinamiento ideológico (2 de 8 asignaturas en bachiller elemental y superior). Empecé a ir al colegio en los años cincuenta del siglo XX. En paralelo la incorporación de un juicio crítico con la educación recibida procedía de mi experiencia vital, de mi relación con el entorno en sentido amplio y, no quiero decir solamente el social o humano.

Con ello quiero decir el entorno y el sistema presentan ideas, pero la forma de tratar, analizar, asimilar y transmitir es totalmente producto de cada persona. Es fácil eludir la responsabilidad y achacársela a otro o a otros, con independencia de la responsabilidad que otros tengan. Mas la opción del sujeto pasivo es la de ser víctima de estar vivo, de ser un mero ente consumidor. Es la versión de quien no está dispuesto a ser, sino que solamente está dispuesto a estar.

Una vez expresada está reflexión. Inicio un breve y complejo relato de parte de lo que mi cabeza combina cada día.

Miró por la pequeña ventana de la información y pretendo analizarla.

El planeta va a la catástrofe climática o no existe  el cambio climático. Es la versión de dos extremos.

Si existe la crisis será una reacción activa del planeta a las actividades depredadoras (saqueadoras) cometidas por los humanos asociadas al culto de la violencia, la destrucción y la opresión.

Si no existe el cambio podemos mantener el ritmo hasta agotar o reemplazar unos recursos por otros, eso si será para unos pocos. No hay para todos y nuestros privilegios son intocables. Por tanto mantengamos el culto a la violencia, la destrucción y la opresión.

Aprendí en la escuela de la vida que a eso que llamamos planeta puede ser nuestro gran aliado o nuestro gran enemigo. Aunque normalmente siempre salen perjudicados los de siempre.

Me acercaré un poco más la hegemonía de los estados nacionales está balanceándose.

En un mundo del bien y del mal siempre el mal serán los que no son como nosotros. Verbigracia con la hegemonía del occidentalismo estábamos contentos pues invitaban los otros. Nuestros dólares, libras o euros condicionaban la vida de aquellos que querían ascender. Que se habían creído esos salvajes de culturas milenarias ante el avance de la tecnológicamente imparable civilización eurooccidental. Tenían que vender sus productos (como los pequeños propietarios occidentales) a precio de saldo, tenían que vender su trabajo (como nuestros asalariados) a precio de saldo, en suma ellos tenían que regalarnos (como nuestros asalariados y pequeños productores) las cosas a los otros para seguir viviendo como lo que somos los padres analfabetos tardíos de la civilización.

Pero que ha pasado en otra parte y otros estados nacionales han decidido que para que los otros obtengan beneficios, prefieren quedárselo ellos con un sistema parecido, que prefieren empezar a pagar en renminbíes, rupias, reales, rublos o rands entre un número significativo de países. Parece poco importante para nuestra economía de andar por casa. Pero es más importante que los restaurantes chinos, hindúes. Solamente ellos China e India son actualmente 2.800 millones de habitantes de los 8.000 y segundo y quinto país por PIB. Solamente cito dos de los que se salen de la órbita hegemónica del mundo de quien manda.

La apuesta por un proyecto de orden mundial es la de suprimir la venda de nuestros ojos que nos impide ver que el planeta exige cooperación, colaboración, redistribución basada en la limitación de los gastos militares y destinarlos a promover el desarrollo humano igualitario no subordinante que restaure en lo posible el equilibrio con la naturaleza e impulse la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

Pero parece que el jefe del belicismo USA, y las estructuras de poder de la UE, UK y Japón apuestan por negarse a explicar a su población que sus impuestos y la inflación es para financiar las armas de destrucción. De igual modo que está agotado el modo de vida estadounidense (propiedad privada, consumo indiscriminado y clientela).