Extrañas vacaciones las de este año 2013.
Por primera vez he tenido la rara sensación de estar dentro de una inmensa burbuja.
En ella podía mirar hacia el interior. Me veía como un pequeño hueso dentro de una picota. Evidentemente no podía ser una cereza, pues le faltaría el rabo para parecer una burbuja. Pero como las burbujas son transparentes, también podía mirar hacia el exterior. Veía a larga distancia, desde las personas y los objetos más cercanos hasta los extensos y amplios horizontes de otros lugares, ya fueran de otros continentes o de las particiones ficticias de las aguas hechas por los humanos, los océanos.
El hueso, como todos sabéis, se transforma con el paso del tiempo. No había caído en el detalle curioso de la similitud con los humanos, bueno con la materia viva, se transforma. Entonces me dio por pensar si el hueso se sentiría satisfecho o insatisfecho con su vida. Era difícil la reflexión. Cuando los humanos, dependiendo de cada momento y circunstancia, valoramos nuestro futuro, nuestro presente o nuestro pasado de forma distinta. ¿Tienen los huesos de picota estados anímicos?¿Se preocupan por la valoración de la carne que les rodea?¿Sienten cuando sufren un ataque químico o físico desde el exterior?
No me puedo imaginar un hueso pensando en su comportamiento irreflexivo antes de tener la carne de la picota verde y mucho menos cuando esa carne es jugosa, prieta y dura. Mucho más complejo es figurarse su estado de ánimo cuando, un humano cualquiera después de comer la carne que lo rodea, escupe el hueso en la mano para depositarlo en un plato que irá a la bolsa de basura o, aún peor, lo proyecta hacía el espacio, cae al suelo y se va transformando en materia orgánica que abona la tierra.
Acaso no habría preferido permanecer en el árbol hasta que por el paso del tiempo cayese al suelo transformándose en un nutriente de la tierra, que a fin de cuentas es quien le ha dado la posibilidad de transformarse.
Hay veces que conviene mirar un simple hueso de picota para poder apreciar las cosas desde diferentes puntos de vista. No se que me pasa, deben ser las vacaciones o la burbuja, pero me acabo de ir por los cerros de Úbeda de los huesos de las picotas. Sabías que Úbeda es una hermosa población de origen íbero, es decir prerromano, que era como decir actualmente preyanqui. Me vuelvo a ir y paso de Málaga, hueso de picota, a Malagón, complejo de wikipedia.