Difusión de la Agenda de Prensa de mi amigo Manolo.
Andy Robinson: Yo me pregunté en otro post si los votantes y contribuyentes europeos están de verdad de acuerdo con que Lorent Saleh, el ultra de la oposición más radical venezolana, haya recibido el premio Sajarov por derechos humanos del parlamento europeo. Saleh, como descubrí durante mi primera visita a Cúcuta hace dos meses había amenazado con “volar” el puente de Simón Bolívar aquí por el que transitan miles de personas ( y ahora miles de refugiados huyendo la crisis humanitaria en Venezuela y la desastrosa gestión económica del gobierno de Maduro) así como colocar otros bombas en discotecas en la ciudad venezolana de San Cristóbal de Táchira. Incluso el moderado Juan Manuel Santos decidió deportarlo de Colombia. Los responsables de esta selección curiosa para un premio europeo concedido en otros tiempos a Nelson Mandela, eran los eurodiputados del Partido Popular de España, más una de UPyD , bajo la fuerte influencia de otros opositores venezolanos premiados como Antonio Ledezma , ex alcalde de Caracas, ahora afincado en Madrid
http://blogs.lavanguardia.com/diario-itinerante/venezuela-hands-off-europe-and-spain-33155
“Venezuela ha resultado una perfecta herramienta política para que los llamados partidos “populares” en Europa disparen cañonazos contra los que buscamos una solución para la catástrofe social en Venezuela. Una solución dialogada que no sea ni las fuerzas paramilitares de Nicolas Maduro ni el plan de Leopoldo Lopez y su mujer Lilian Tintori -ex campeona de aquel deporte “popular” kite-surf– para convertir la revolución bolivariana en un mall de shopping diseñado en Miami.
Una solución del estilo de lo que propone México, cuya constitución prohibe injerencia en otros países pero que se ha ofrecido como mediador de negociaciones. Otro eslogan podría ser: ¡No a la intervención extranjera en Venezuela y No a la intervención de los ricos venezolanos en la política, el sector inmobiliario y los medios de comunicación europeos!
Venezuela ha sido un regalo para la derecha anti socialista. Es un wedge issue que permite desviar el debate alejándolo de las cosas mas relevantes para el votante. Steve Bannon sabe que necesita a Nicolas Maduro y tal vez viene de ahí la falta de interés de Trump en lograr una solución negociada mientras que sus sanciones matan a los más vulnerables . Entran ganas de decir; hablemos de Valencia, Barcelona, Mérida pero las ciudades españolas y no las de Venezuela.
El ejemplo más llamativo de Venezuela como arma de política europea es la decisión del Partido Popular español de incluir al padre de Leopoldo López (*) en sus listas para las elecciones europeas que se celebran dentro de tres semanas. Votar a López senior tal vez será el acto de solidaridad humanitaria que no pudo ser el concierto Venezuela live aid en Cúcuta tan eficazmente rentabilizado por el multimillonario Richard Branson.
Y será mucho mas fácil trasladar la ayuda a su destino.
Solo hará falta pagar los vuelos de Madrid a Estrasburgo del empresario millonario venezolano cuyo hijo, antes de entrar en una escuela privada de élite en Princeton (EE.UU.), se jactó: “Yo soy del 1 % más privilegiado”.
Como solo puede ocurrir en un parlamento que pasa desapercibido como el europeo, Venezuela se ha colado en los expense accounts y los vuelos business de Estrasburgo como si fuera un asunto de urgencia para el maltrecho ciudadano europeo castigado por la austeridad de los mismos defensores de la libertad en Venezuela.
Otro ejemplo: cuando yo llamé a la eurodiputada Beatriz Becerra, la principal abanderada de la causa de Saleh en Estrasburgo, para hacerle unas preguntas, me quedé de piedra cuando respondió una venezolana que explicó que es la portavoz de la eurodiputada. Es como si el Chacao y Altamira fueran ya barrios pijos y “escualidos” de Bruselas o Estrasburgo en vez de Caracas.
Nigel Farage tal vez lo citaría como otro ejemplo del tren del gravy europeo – dinero del contribuyente gastado con fines muy alejados de los del ciudadanos. Solo que ahora habría que llamarlo el tren del sancocho venezolano.
Con los partidos “populares” al mando, el Parlamento Europeo siempre responde primero a las noticias en Venezuela como si lo que ocurre en Caracas fuera un asunto crítico para el trabajador parado en Almería o Amberes.
Estrasburgo reconoció a Juan Guaidó en cuestión de días después de que Trump dio la señal, como si los europeos tuviéramos tan claro que el enemigo es el castro-chavismo como lo tienen Leopoldo López y Lorent Saleh.
Esta semana, al darse la noticia de que un grupo de militares venezolanos habían sacado a López de su arresto domiciliario, los primeros tuits de celebración llegaron de Estrasburgo.
Si sirven de referencia las elecciones españolas y la debacle de los “populares”, tal vez las cosas pueden cambiar en Estrasburgo igual que en Madrid. Yo, por lo menos, he decidido ejercer mi derecho de votar en las elecciones al Parlamento Europeo por primera vez. No porque crea mucho en Europa -preferiría defender la unidad latinoamericana- sino para evitar que mis impuestos paguen el alojamiento o acaben en una cuenta en Miami de los Leopoldo López padre e hijo.
(*) Algunos lectores se acordarán del golpe contra Chavez en el 2002. Entonces el Presidente de la Federación de la patronal venezolana Pedro Carmona encabezó un gobierno golpista durante unas horas tras el secuestro de Hugo Chávez que le bautizó después Pedro el breve. Uno de los empresarios presentes en la firma del llamado Decreto Carmona era Leopoldo López padre