UIL Proyecto Cultural de la Resistencia Española

ANTEPROYECTO DE PROGRAMA DE LA RESISTENCIA ESPAÑOLA

PARA LA CULTURA.-

Programa cultural de la Resistencia.

El presente programa no es un sistema cerrado de conclusiones, sino un esfuerzo inicial, un conjunto organizado de sugerencias, cuidadosamente meditado y elaborado con la cooperación de multitud de especialistas, pero que siempre conserva su carácter de campo abierto a nuevas aportaciones. Su anhelo es irse superando en el esfuerzo de cada día.

El programa refleja la postura inequívoca de los intelectuales españoles, que están decididamente en las filas que luchan por la libertad, porque para España y para ellos mismos tienen un concepto de su misión, que es el que se refleja a continuación.

También interesa hacer constar que no esta una exposición de aspiraciones máximas, ideales de difícil realización, sino al contrario, un programa mínimo de aspiraciones realizables, tan pronto como sea derrocada la tiranía y restablecido el régimen democrático español.

1.- LA CULTURA Y SUS FINES.-

Concebimos la Cultura en función del libre desenvolvimiento de la personalidad humana, tanto en su aspecto espiritual como en el material. La creación de bienes culturales dirigida a los valores, se hace en el hombre y para el hombre. Por eso somos partidarios de un nuevo Humanismo, que no contrapone el individuo a la tarea colectiva de la sociedad; de un nuevo Renacimiento que cree el tipo integral de hombre dentro de una Cultura también de significado integral, liberada de las trabas materiales y de las concepciones unilaterales que han venido impidiendo su desarrollo.

Somos partidarios de una absoluta democratización de la Cultura. Debe ser libre el acceso a las fuentes del Saber, que posibilita las vivencias culturales y la creación de bienes de cultura. Ninguna diferencia económica o social debe existir para este derecho inalienable de todos los hombres.

Sostenemos que el Estado de nuestros días no puede permanecer indiferente ante el problema de la Cultura, sino que, precisamente, en atención a la prioridad que debe concederse a la persona humana, el Estado no puede eludir un fin de Cultura. El instrumento para realizar este fin es la política cultural, cuya orientación dentro de un marco republicano y democrático incluimos en este programa.

Por último, como la Cultura y el Saber no son patrimonio exclusivo de ningún pueblo ni nación, sino que tienen carácter universal, sostenemos la necesidad de su internacionalización, sin menoscabo de las esencias nacionales, a través de la órbita en que se mueven los organismos de la comunidad jurídica internacional.

Resumimos esta introducción con algo que constituye nuestro lema y nuestra bandera: “El porvenir de la Cultura es el porvenir del hombre”.

2.- QUEREMOS IMPEDIR LA CATASTROFE CULTURAL DE ESPAÑA.

¿Adonde ha llevado el franquismo a la cultura patria? No es misión de este documento formular una requisitoria contra la ruina cultural de la España “oficial”. El “Yo acuso” de los intelectuales españoles ya está lanzado hace tiempo y lo seguimos lanzando en el esfuerzo y en el riesgo diarios, denunciando la penuria espiritual, la inepcia y la miseria de la política cultural fascista. No obstante, sí es preciso decir a grandes rasgos cuáles son las consecuencias de siete años de franquismo en el campo de la cultura.

España ha quedado al margen de todos los países por su atraso científico en todas las ramas de la investigación. La farsa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, panacea para sueldos y hueras propagandas, no ha dado una sola obra que rebase la línea conseguida por la ciencia española hasta 1936. El sometimiento a la Teología, el sectarismo y la intransigencia, han hecho imposible todo esfuerzo científico. Cualquier creación necesita para producirse su previo moldeamiento dentro de los dogmas políticos y teológicos que en actitud de intolerancia son postulados por el Estado. Algo reconocido por todos los países civilizados como es la plena libertad para la investigación científica, es desconocido en la España de Franco.

La Universidad y todos los centros de enseñanza han sido entregas a la Falange o a confesionalismos montaraces, con pérdida absoluta de su prestigio y menoscabo de sus fines. Y a consecuencia de toda esta desarticulación, un clima de inmoralidad se ha extendido por todos los centros docentes y culturales.

Este panorama se completa con la ausencia absoluta de nuevos valores literarios o artísticos, consecuencia lógica del vacío valorativo producido por un régimen que cierra las puertas al desenvolvimiento cultural de la juventud y condena al hambre y a la desesperación a la mayoría de la población española. La situación de pobreza material que sufre nuestro pueblo, a manos de los terratenientes, los “estraperlistas”, la Falange y los militares acarrea una situación de anemia espiritual, característica de aquellas sociedades que tienen que poner en juego hasta sus últimas energías para conseguir la posibilidad de subsistir.

En resumen: el franquismo no puede desarrollar la cultura, porque él se sostiene sobre la ignorancia y sumisión del pueblo. Afortunadamente, el pueblo español adquiere cada día que pasa más conciencia de su papel histórico y, precisamente por eso, el franquismo no puede hacer la menor concesión cultural que signifique dar armas la pueblo. Todas las modalidades del fascismo han pretendido, material e ideológicamente, volver hacia atrás la rueda de la Historia, defender sistemas caducos y superados, a base de crear mitos y lanzar una cortina de humo sobre el pensamiento sistemático y racional. Por eso se han colocado -y Franco entre ellos- contra la Cultura, contra el hombre y sus derechos, y, por eso mismo, nosotros nos encontramos al otro lado de la barricada para salvar las esencias culturales, para salvar al hombre y para salvar a España.

3.- CARACTER REALISTA DE ESTE PROGRAMA

Ya hemos anunciado que este Programa no es un esquema ideal sino un plan, un plan práctico, que ha sido elaborado teniendo en cuenta la limitación de recursos y las verdaderas posibilidades que han de darse en nuestra Patria en los primeros tiempos de reconquistar la República.

No obstante, queremos hacer constar que este plan necesita para su realización de una fuerte base presupuestaria, que es indispensable obtener, si queremos que se acometa una política cultural democrática que merezca esos dos apelativos. Por ello propugnamos por una transformación total del sistema presupuestario que coloque en uno de los primeros lugares a los Departamentos administrativos de Enseñanza y Cultura, a base de obtenerlo de las cantidades que constituyen actualmente las partidas presupuestarias para Ejército, Fuerzas represivas, organismos de Falange, etc. etc. Es más, incluso desde el punto de vista de la defensa nacional (que nosotros no abandonamos en una España democrática), afirmamos rotundamente que es una política mucho más eficaz la de tener unos laboratorios de primer orden que investiguen la energía atómica que no un ejército hipertrófico, sin eficiencia cultural, técnica y científica. Por el supremo interés de España preferimos más hombres de ciencia y menos generales que mandan ejércitos hipotéticos.

La reconstrucción material y espiritual de España exige un nuevo planteamiento de la política financiera. Sobre esta base y -repetimos- teniendo en cuenta la limitación de nuestros recursos y posibilidades, enfocamos nuestro programa cultural, creado en las horas a la vez angustiosas y esperanzadas de la resistencia, para un mañana inmediato de nuestra Patria, que hemos de ganar todos con la inquietud, el esfuerzo y el combate de cada día.

4.- PRIMERA ENSEÑANZA.-

Su base esencial debe ser la aplicación de toda la legislación de la República. Será obligatoria de los 5 a los 15 años de edad, si bien a partir de los 11 puede asimilarse a las diferentes ramas de la enseñanza media. Previa a ella, existirán las escuelas maternales, con carácter voluntario.

La enseñanza será graduada, uniendo a las disciplinas básicas de cultura una formación politécnica, el ejercicio de las plásticas, el canto, los juegos y la educación física. La enseñanza religiosa será voluntaria, pudiendo ser dada por sacerdotes; para todos los niños se darán también cursos de Moral inspirados en el espíritu de fraternidad y de cooperación solidaria. La coeducación existirá en todos los grados.

El niño debe permanecer un buen número de horas en la escuela, que será siempre un lugar atractivo para él, contando con los medios precisos de comodidad e higiene, taller, biblioteca infantil, campo de deportes, (en las ciudades), museo escolar, aparatos de radio, aparatos de proyecciones cinematográficas. El mobiliario será siempre adecuado a la edad de los niños.

Para garantizar la verificación de la primera enseñanza, se elaborará un censo escolar y la política social del Estado deberá robustecer la prohibición del trabajo infantil, la supresión de la mendicidad, y establecer un verdadero auxilio a las familias numerosas.

Los maestros se formarán sobre la base del plan profesional. Sólo tendrán plena validez los títulos obtenidos con arreglo a dicho plan o al de 1914. Los Bachilleres-Maestros de 1939 en adelante, necesitarán solicitar y sufrir las pruebas que se establezcan para su convalidación.

La organización de la escuela se efectuará sobre la base de grupos escolares en la ciudad y de zonas escolares en el campo. Las zonas escolares se agruparán por promedio de 50 escuelas, bajo un sólo director, que lo será de la zona. Estos directores saldrán de una Escuela Central por medio de cursillos en los que se ingresará o bien por méritos académicos, o bien por antigüedad en la enseñanza o bien por oposición directa.

La Inspección de Primera Enseñanza quedará reducida a lo necesario, cambiando de nombre y de contenido. Tendrá un carácter más técnico que burocrático y será de una mayor movilidad, siendo los inspectores de tipo volante en dependencia directa de una Inspección Central. Entre otras tareas tendrán a su cargo la celebración de cursillos regionales, para elevar el nivel de capacitación de los maestros.

El maestro tendrá en todo momento una retribución que le permita proseguir su cultivo intelectual. Se efectuarán intercambios temporales entre los maestros de la ciudad y del campo, con el fin de dotarles de una visión general para la buena marcha de la enseñanza o del maestro.

El maestro, dependiente del Ministerio, colaborará con los maestros municipales, provinciales, etc., que pudieran existir, aunque responderá de su labor sólo y exclusivamente ante los órganos competentes del Ministerio.

5.- ENSEÑANZA MEDIA.-

Comienza a los 11 años. Tendrá una triple manifestación: Bachillerato propiamente dicho (preparación específica para la Universidad), enseñanza técnica industrial y enseñanza técnica agraria. El Bachillerato d[i]rará hasta los 17 años y las enseñanzas técnicas hasta los 15, como mínimo. La enseñanza técnica industrial se efectuará sobre la base orgánica de las actuales Escuelas del Trabajo y la enseñanza técnica agraria será, momentáneamente, un departamento superior a la escuela primaria en conexión con las estaciones agronómicas.

Los primeros años de la enseñanza media en sus diversas ramas, tendrán una serie de disciplinas básicas, comunes a todas ellas, como Geografía e Historia, Lengua Castellana y Francesa, Matemáticas e Iniciación Científica. En estos primeros años se darán las máximas facilidades para pasar de una rama a otra. La distribución inicial de los alumnos para cada una de estas ramas será hecha a petición del padre, pero a base de dictamen de los maestros del niño, que en todo caso deberán proponer para Bachillerato a los alumnos más capaces.

En los últimos años, el Bachillerato se dividirá en dos ramas; ciencias físico-naturales y ciencias humanas o sociales, aunque siempre subsistirán disciplinas comunes y el título obtenido en cualquiera de ellas habilitará igualmente para los diversos sectores de la enseñanza superior. En dichos años, serán disciplinas básicas las Matemáticas, Biología, Física, Historia, Economía y Filosofía. El Latín y la Literatura para la rama de ciencias humanas. Como conocimientos instrumentales se exigirán dos lenguas vivas.

La enseñanza media debe servir también para la orientación profesional, sobre la base de centros a tal efecto en cada establecimiento docente, y para poner en contacto al alumno con los temas y la práctica de las distintas profesiones.

Además del sistema esbozado, estimamos necesaria una preparación intensiva del bachillerato para los trabajadores mayores de quince años, que por diversas circunstancias no hubiesen podido cursar los estudios de enseñanza media.

6.- ENSEÑANZA TECNICA.-

No puede ser un compartimiento aparte de la enseñanza, sino que ha de integrarse en la formación del niño y del joven. Por eso la consideramos comprendida dentro de los planes generales y deberá comenzar en la escuela primaria. Las actuales Escuelas del Trabajo y Escuelas Industriales, se integrarán en el sistema general de enseñanza media, mientras que las Escuelas técnicas superiores formarán parte del conjunto de la enseñanza superior, procurando desarraigar de ellas el espíritu de cuerpo que actualmente poseen.

La enseñanza técnica estará coordinada con los organismos de orientación industrial del país y con un enlace administrativo respecto a los Ministerios de Industria y Comercio, Agricultura, Transportes, Comunicaciones, Obras Públicas, etc.

7.- ENSEÑANZA SUPERIOR.-

Consideramos que las funciones de la Universidad son:

a) Formación del profesional, tanto por la transmisión del saber y técnica profesionales, como por su total formación cultural.

b) Formación del investigador y aportación al esfuerzo de creación cultural por medio de una estrecha coordinación con las instituciones de investigación científica.

c) Colaboración en la tarea de extensión cultural hacia los sectores extrauniversitarios.

Debe también continuar el desarrollo físico, moral y cívico de los estudiantes, ya comenzado en la Escuela y proseguido en el Instituto.

Por las anteriores consideraciones, creemos que, en líneas generales, la Universidad española es apta para reunir en su seno los diferentes centros de formación para las profesiones intelectuales. No obstante, como ya indicábamos más arriba, las Escuelas Técnicas Superiores podrán depender técnicamente de sus respectivas ramas de la Administración, pero sometidas en cuanto a su ordenación cultural a las normas genéricas emanadas del Ministerio de Instrucción Pública, y, en cuanto a sus normas orgánicas, integradas en el sistema de su respectiva Universidad.

Las Facultades Universitarias seguirían siendo: Filosofía y Letras, Ciencias, Medicina, Derecho y Ciencias Económicas. La de Farmacia pasará a ser una especialización de la sección de ciencias químicas y la de Ciencias políticas una especialización de la de Derecho, cuya denominación sería sustituida por Ciencias Jurídicas-sociales. La Facultad de Pedagogía sería una sección de la de Filosofía y Letras.

Dentro de cada Facultad se formarán los técnicos profesionales y los investigadores científicos. Para ello habrá tres cursos comunes y uno o dos de especialización, bien en lo que llamaremos Escuela Profesional (para el técnico) o bien el Instituto (para el investigador). Ambas podrán cursarse simultáneamente.

El sistema para cursar las enseñanzas facultativas sería el de un certificado de aptitud del preparatorio, otro medio y otro final, este último especializado. Para obtener cada certificado, el alumno necesitará un mínimo de escolaridad y de certificados de aptitud en disciplinas concretas. Con estas condiciones podrá solicitar las pruebas de aptitud para pasar de un grado a otro. Sólo habrá un mínimo de asignaturas determinadas con carácter voluntario.

El Doctorado sólo se cursará por aquellos que hayan seguido la especialidad científica (de investigación) y consistirá en la asistencia libre a unos cursillos y elaboración de la tesis.

Los planes de enseñanza seguirán unas directrices centrales y la autonomía de las Universidades se entenderá sin menoscabo de las normas fundamentales de la política cultural española. Tendrán una personalidad específica las universidades catalana y vasca, pero también dentro de las normas dictadas por sus respectivos Gobiernos.

Los Rectores y Decanos serán de elección claustral, excepto los que con carácter provisional designe el Ministerio en los primeros momentos.

Los estudiantes estarán representados en los claustros por un delegado de curso y en las Juntas de Facultad por un delegado, elegidos democráticamente.

8.- LOS PROBLEMAS SOCIALES Y ECONOMICOS DE LA ENSEÑANZA.-

Debe darse el máximo de garantías económicas para que la selección de los alumno[s] se verifique sobre un plano de igualdad. Para ello, desde la segunda enseñanza, habrá un sistema de ayudas económicas, en gran escala, sobre las bases siguientes:

a) Sistema de becas para todos los alumnos mejor dotados, de modo que ninguno que tenga cualidad sobresaliente deje de tener asegurados sus estudios. Las becas serán cubiertas: 1º Por recursos del Estado; 2º Por recursos de la Universidad; 3º Por recargo sobre los estudiantes más acaudalados y si fuere necesario por algún impuesto de lujo.

Además de estas becas oficiales se estimularán las otorgadas por las entidades sociales, entre las cuales la U.I.L. debe aportar también su esfuerzo en este sentido.

b) Sistemas de matrículas gratuitas.

c) Sistemas de créditos a los estudiantes, que serán saldados cinco años después de terminar su carrera, de forma progresiva y con descuentos sobre notas extraordinarias o sobre razones de índole social, como mantener hijos, padres, etc. En el mismo sentido se estimularía el seguro social escolar, que se iría capitalizando desde el nacimiento del niño hasta la edad de quince años.

d) Dispensa de escolaridad y toda clase de facilidades para aquellos estudiantes que tengan al mismo tiempo que trabajar y no estén incluídos en la categoría de becarios.

Comprendemos que muchas de estas cuestiones entrañan un problema metauniversitario, pero afirmamos que sólo con su solución puede transformarse la Universidad española para cumplir integramente sus fines y sólo así pueden lograrse las posibilidades de creación espiritual y avance técnico que están latentes en el pueblo español.

9.- PROFESORES Y ALUMNOS.-

Ante todo, debemos fijar nuestra posición respecto al profesorado actual. Sin el menor atisbo de rencor y movidos solamente por una recta interpretación de los principios de justicia, propugnamos la anulación de todas las cátedras concedidas a partir del 18 de julio de 1936. Las razones son bien obvias y son comunes para cualquier oposición o concurso, a saber: privación de concurrir a ellas, por motivos políticos, a multitud de españoles en condiciones académicas para opositar; conceder puntos por razones de índole político-fascistas y especialmente por servicios prestados a la sublevación fascista.

Dada la importancia magistral de las cátedras, estimamos que, una vez anuladas todas las oposiciones realizadas bajo la arbitrariedad facciosa, será imprescindible una revisión del profesorado, pues no son aptos para ejercer esta función aquellos que desde la cátedra están defendiendo el nazi-franquismo, atacando a las libertades y derechos del hombre y envenenando a los jóvenes con el espíritu de odio nacional e internacional.

El profesorado de enseñanza superior y media estará dividido en catedráticos, profesores auxiliares y ayudantes. A todos ellos se les exigirá un mínimo de trabajo docente, que será debidamente recompensado con una retribución adecuada a la alta misión que cumplen. Para ejercer una cátedra en propiedad de cualquier clase se requerirá también un certificado de aptitud pedagógica, expedido por la sección de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras.

Se depurará y transformará el régimen de oposiciones, para evitar las influencias de las camarillas, las pugnas personalistas y toda designación basada en la arbitrariedad.

El alumno tiene como misión esencial la de estudiar, pero también debe formarse en la Universidad, para desarrollar las distintas esferas de su personalidad. Debe disciplina a las autoridades académicas y al profesor en su respectiva clase. Pero a estas obligaciones corresponden los derechos de ser tratado con la máxima atención. El profesor debe tener en cuenta que el fin más esencial de la Universidad es servir al alumno y no viceversa. En cada curso, los alumnos nombrarán su delegado, al que los profesores deben oír en todas las cuestiones que plantee y cuando sus peticiones sean denegadas lo serán siempre con toda clase de razonamientos y respetos.

10.- ESTUDIOS POST-UNIVERSITARIOS.-

El Estado debe ocuparse de esta cuestión, como problema que abarca a extensas masas de titulados y que hasta ahora había sido abandonado. Se organizarán, con carácter voluntario, cursos y centros de preparación, para la práctica libre de las carreras, ampliación de estudios, etc. Se crearán las becas para ampliación de estudios, observando el máximo rigor, tanto en la igualdad de opción a ellas como en la exigencia de que los becarios rindan siempre un trabajo efectivo, debidamente controlado y que sirva de provecho a la ciencia española.

Sin llegar a la rigidez burocrática de unas bolsas d colocación, sí que deberán existir organismos que faciliten la colocación de los intelectuales, les sirvan de orientación e impidan que las empresas particulares puedan aprovecharse de la intensidad de la oferta.

11.- ENSEÑANZA PRIVADA.-

Si bien nuestras aspiraciones máximas llegan a la supresión de esta clase de enseñanza, comprendemos que en determinados tipos de la sociedad es una realidad de la que no se puede prescindir. Hay, pues, que permitirla, pero adaptándola a normas que garanticen su eficacia y solvencia y evitar que se convierta en un instrumento de conspiración contra la democracia. También es muy preciso tener en cuenta que todo esto se dice de la enseñanza que se refiera a los estudios oficiales de tipo primario, medio y superior, pero que otra cosa muy diferente es el esfuerzo transmisor de cultura que puedan llevar a cabo determinadas personas sociales.

Para todos estos fines, se creará una Inspección de la Enseñanza Privada en todos sus grados. A los alumnos de primera enseñanza que cursen en escuelas privadas, se les exigirá la obtención de un certificado oficial. En ningún caso podrán las instituciones de enseñanza privada extender títulos con validez oficial, pases, etc.

Se establecerán las siguientes diferencias en cuanto el régimen a seguir respecto de la enseñanza privada: 1, según se dediquen o no a las enseñanzas incluídas en los programas oficiales de primaria, media o superior; 2, según sean empresas mercantiles dedicadas a la enseñanza o personas sociales que cumplan fines de enseñanza.

12.- INVESTIGACIÓN CIENTIFICA.-

Estamos decididos a superar la actual atonía de la creación científica, producto de la incuria y de la intransigencia franquista, haciendo que España recupere el puesto que le corresponde en el mundo científico e intelectual. Para ello, propugnamos, en primer lugar, por el restablecimiento con todas sus atribuciones de la Junta para Ampliación de Estudios, de tan fecunda tradición en nuestra Patria, como organismo supremo para todas las tareas de investigación científica, con sus antiguas instituciones, como el Centro de Estudios Históricos, Instituto de Ciencias Naturales, Instituto Cajal e Instituto de Física y Química, orientado preferentemente a los estudios atómicos. Y, además, con las nuevas instituciones que el actual desenvolvimiento de las Ciencias Sociales exige. Todo ello sin contar para nada con la artificiosa creación franquista del titulado Consejo de Investigaciones Científicas, foco de favoritismos y de la intransigencia cerril del régimen.

También propugnamos la transformación de las llamadas Reales Academias, organismos fosilizados que no responden al espíritu innovador de la cultura contemporánea. Creemos que debe realizarse sobre la base de fundirse en una Academia Española con sus correspondientes secciones.

Como la Universidad tiene la función de formar los investigadores, sus actividades (en lo que concierne a los Institutos Universitarios) deberán desenvolverse en íntima conexión con los Institutos de Investigación de las diferentes especialidades.

Tarea fundamental consideramos que es la promoción de nuevos valores científicos, estimulada con premios abundantes a todos los géneros de investigaciones, para los científicos jóvenes. Por su parte, la U.I.L. procurará estimular estas actividades por todos los medios a su alcance.

13.- SUPREMOS ORGANISMOS DE CULTURA.-

Defendemos el restablecimiento del Consejo Superior de Cultura, con una doble misión:

a) Como supremo cuerpo consultivo para la política cultural del Gobierno.

b) Como máxima dirección centralizada para los organismos culturales, tales como la Junta de Ampliación de Estudios, Museos, Bibliotecas, Archivos, Editoriales, Misiones Pedagógicas, Teatro y Cine, etc.

Su constitución aproximada deberá ser la siguiente: catedráticos de Universidad, de la segunda enseñanza y de las escuelas técnicas; inspectores del magisterio; personas de libre designación ministerial; representantes de la UIL, de los estudiantes (UFEH) y de las organizaciones sindicales.

Sería conveniente que volviese a estar dividido en secciones.

14.- PROFESIONES DEL ESTADO Y PROFESIONES LIBERALES.-

La Universidad prepara para las profesiones liberales. El acceso a las profesiones del Estado tiene una segunda parte, en la que nos inclinamos por la sustitución del régimen de oposición, y en pro del régimen de Escuelas (Escuela Superior y Elemental de la Administración, divididas en secciones, de la Judicatura, etc.), en las que se ingresará con sueldo y categoría de funcionario. Dichas escuelas, en sus diferentes ramas de especialización, prepararán teórica y prácticamente a los profesionales para el servicio del Estado. La U.I.L. tiene en preparación, para el día oportuno, un proyecto detallado sobre estas escuelas.

15.- COOPERACION E INTERAYUDA INTELECTUALES.-

Estimamos indispensable el enfoque de la recíproca colaboración de los intelectuales en sus tareas, concluyendo con todo género de aislamientos, que no sólo dificultan su labor, sino que contribuyen a dotarle de una visión deformada de la realidad. La política cultural del Estado no debe ignorar esta cuestión, que reviste dos formas esenciales: la facilitación de intercambio y ayuda científica (reseñas, servicios bibliográficos, fichas catalográficas, acceso a fuentes de información y estudio, etc.) y la ayuda de tipo material, manteniendo instituciones que permitan al intelectual obtener sin gastos individuales el acceso a las fuentes de su trabajo.

No obstante, reconocemos que esta es tarea de los propios intelectuales, por medio de un esfuerzo de tipo cooperativo. En este sentido, la UIL, que aún en las condiciones de clandestinidad se esfuerza por dotar a sus afiliados de informaciones y medios de trabajo para sus profesiones, incluye en su programa de acción la organización de los servicios bibliográficos, de las bibliotecas de especialidades tipo cooperativo y la coordinación de los trabajos de investigación de todos los afiliados que lo deseen

16.- LAS RELACIONES CULTURALES Y EL INTERCAMBIO EXTERIOR.-

Complemento de lo anterior es el establecimiento de los más estrechos vínculos entre los intelectuales de España y los del extranjero. La UIL es partidaria de la integración de las culturas nacionales dentro de un esfuerzo cultural de todos los pueblos y hace suyo el lema de “la ciencia no tiene fronteras”.

Por ello, sostienen la necesidad de un organismo de relaciones culturales -dependiente conjuntamente de los Ministerios de Instrucción Pública y de Asuntos Exteriores-, cuyas tareas fundamentales deben ser:

a) Organización en las principales capitales de Europa y América de los Institutos Españoles, que sirvan como vehículos de expresión cultural española, centros de intercambio, y expidan títulos de enseñanza media y de Lengua y Cultura Españolas; dependientes de la Facultad de Filosofía y Letras.

b) Intercambio de científicos, artistas y estudiantes entre España y los demás países.

c) Intercambio de publicaciones y traducciones recíprocas.

d) Organización en España de cursos para estudiantes extranjeros y de cursos y conferencias a cargo de científicos extranjeros, así como la reorganización de la auténtica Universidad Internacional de Verano.

e) Edición de revistas bilingües en colaboración con los organismo culturales de los países más representativos.

Para realizar estas tareas, sería conveniente verificar una serie de Tratados culturales, así como colaborar estrechamente con los organismos culturales de la O.N.U., sobre la base de los principios de cooperación internacional, que nos hacen partidarios de la convalidación de títulos, reciprocidad de las disposiciones de propiedad intelectual, intercambios, etc.

La U.I.L. considera que este es uno de los campos donde precisa realizarse un esfuerzo más intenso. Nuestras relaciones culturales con los países latinos como Francia e Italia, con los núcleos de cultura anglosajona, con la joven y creadora cultura soviética, con la cultura alemana -que no tiene nada que ver con el nazismo-, así como la realización d un auténtico hispanoamericanismo -que sólo puede realizar en España un régimen democrático y popular, ajeno a toda pretensión imperialista-, son cuestiones vitales para nuestro Renacimiento cultural. La U.I.L. asume la responsabilidad de organizar en su día el intercambio con los intelectuales de otros países, sus publicaciones de tipo internacional y la más estrecha cooperación para toda clase de investigaciones científicas entre los intelectuales españoles y los de todas los países.

En este sentido, queremos hacer una última observación. Somos partidarios de una especial atención al mundo árabe e incluso de una Junta de Relaciones Culturales Hispano-árabes. Pero todo ello, con un sentido diametralmente opuesto al del franquismo, que ha querido envilecer la cultura árabe y especialmente al pueblo marroquí, para convertirlo en instrumento de sus designios reaccionarios y continuar esclavizándolo impunemente.

17.- LA EXTENSION CULTURAL.-

Una de nuestras razones de ser es el principio de la democratización de la cultura y el acceso de todos los hombres a las fuentes del saber. Junto al problema de la formación del profesional entre los más capaces, están el problema de la elevación del nivel cultural de todo el pueblo español. La República Española tiene ya una breve pero fecunda tradición en este sentido. Para la nueva España democrática creemos que este problema entre en sus razones políticas fundamentales y lo consideramos como de vida o muerte.

Desde hoy, ofrece la U.I.L. para ello todos sus hombres, sus posibilidades y su esfuerzo, que no regateará con tal de lograr la conquista d la cultura por nuestro querido pueblo.

Las Misiones Pedagógicas deben volver a recorrer los pueblos de España, pero dotadas de un sentido social más acusado y también de un complemento de capacitación técnica de que antes carecían. El Estado debe lanzar cuadros de hombres entusiastas y preparados para la lucha por la cultura en los campos y en las fábricas de España. Pero es evidente que este es un esfuerzo no exclusivamente estatal, sino que requiere que todos los órganos sociales pongan en tensión sus energías. Nosotros propugnamos la creación de “círculos de cultura” en cada pueblo, en cada fábrica o lugar de trabajo, en cada barriada, que sean la verdadera célula cultural de la reconstrucción de España.

El “círculo cultural” tiene que ser un microcosmos de todas las actividades culturales. Para su creación, su sostenimiento y su ayuda -Bibliotecas, conferenciantes, profesores, representaciones teatrales, películas, exposiciones, conciertos, periódicos murales, etc- tenemos la sagrada obligación de dar cuanto somos y cuanto poseemos, y la U.I.L., se compromete a ello, para realizarlo de una manera sistemática y organizada.

Consideramos como parte esencialísima de nuestro programa la creación de la “Universidad libre” para los trabajadores, tarea que nos comprometemos a realizar y para la que esperamos contar con colaboraciones valiosas, como la de los estudiantes democráticos, que tienen en este aspecto una tradición tan fecunda como la de las Universidades Populares FUE. Igualmente entran dentro de la misión que nos asignamos los cursos y conferencias en talleres y fábricas, los circuitos volantes campesinos, las emisiones radiadas pro-cultura popular, etc.

18.- LAS PERSONAS SOCIALES EN LA OBRA DE CULTURA.-

Anteriormente hemos dicho que el Renacimiento cultural de España, tiene que ser obra de todo el cuerpo nacional. Por ello nos mostramos partidarios de que dentro de las normas de una política cultural de la democracia, las diversas entidades sociales colaboren activamente en este esfuerzo: partidos políticos, organizaciones juveniles, sindicatos, etc., así como de llegar a la creación de múltiples formas orgánicas de este esfuerzo, para elevar el nivel cultural de nuestro pueblo, como pueden ser grupos de empresa, Ateneos, círculos rurales, etc.

19.- LA LITERATURA Y EL ARTE.-

La facilitación de medios de trabajo y de estímulos para la obra creadora de literatos y artistas -conscientemente reprimida por el franquismo- especialmente de sus valores jóvenes, debe constituir una preocupación del Estado Republicano. Somos partidarios de la creación de concursos y premios especiales para los jóvenes escritores y artistas, así como de la organización anual de un “Salón de nóveles” para las artes plásticas. Las becas para esta rama de la creación cultural deben guardar paridad con las de los restantes sectores culturales. Del mismo modo, el Estado debe tomar por su cuenta la edición o estreno, respectivamente de los libros o piezas teatrales que estime más valiosos.

En la rama de la cinematografía, que además de arte es una industria, somos partidarios de la nacionalización de dicha industria, de la depuración tajante del corrompido mundillo cinemátográfico actual y de la creación de un Instituto Nacional de Cinematografía, para la formación de directores, técnicos y artistas.

El Estado debe asumir también la organización de teatros que eduquen la sensibilidad artística del público, proteger los teatros prestigiosos de las entidades democráticas, como el universitario “La Barraca” (cuyo primer director fue el inolvidable García Lorca) y tomar medidas para reprimir el espectáculo deprimente de la producción teatral mercantilizada que ha llegado a envilecer la escena española.

La U.I.L. incluye en su programa, en lo referente a este apartado:

a) Celebración de exposiciones de artes plásticas y de concursos de novela, poesía, teatro y cine, entre sus afiliados.

b) Organización de “cine-clubs”, para estudiar y divulgar las manifestaciones estéticas, sociales y científicas del cine, su historia y sus posibilidades de desenvolvimiento.

c) Organización de un teatro central para la representación de las grandes obras de la literatura dramática clásica y de aquellas contemporáneas que signifiquen un esfuerzo renovador.

d) Organización de teatrillos volantes que serán incorporados a nuestros equipos de extensión cultural por fábricas y campos.

20.- PRENSA Y EDICIONES.-

Firmemente convencidos de que la recuperación de las libertades repercutirá hondamente en la fecundidad cultural española, creemos que lo más esencial en este aspecto es la garantización de dichas libertades. No obstante, el Estado deberá velar porque no se transformen en libertades para los poderosos, impidiendo los “trusts” de prensa y ediciones y dando toda clase de facilidades a las revistas y ediciones de tipo modesto, que cumplan una función de cultura.

También creemos necesaria la creación de una Editorial del Estado, para llenar las lagunas de la producción editorial privada, la orientación de una política del libro en el sentido de que el escritor vea recompensado su trabajo y el lector pueda adquirir fácilmente los libros, eliminando las tendencias especuladoras de todos los que intentan comerciar con las necesidades culturales del pueblo. “El libro no es un lujo, es una necesidad”.

Por lo que respecta al propio plan de la U.I.L. en este aspecto de Prensa y Ediciones, creemos tener ya una trayectoria firmemente trazada por el trabajo desarrollado en la clandestinidad de la Resistencia. “Demócrito”, hoja del esfuerzo diario de los intelectuales y órgano central de la U.I.L.; “Cuadernos de Estudio”, revista de investigaciones y ensayos, expresión del nuevo Renacimiento; otras revistas como “Nuestro Tiempo”, editadas en provincias, son el andamiaje irrenunciable de nuestra actividad, que pensamos proseguir y desenvolver en un régimen de libertad. Nuestra Editorial, que también inicia en la actualidad sus trabajos, pensamos que sea el día de mañana una Editorial organizada sobre base cooperativa, que está atenta a todas las necesidades de la cultura española, desde el trabajo investigador a la difusión popular del saber.

21.- MEDIDAS TRANSITORIAS.-

Por último, queremos hacer mención de algunas de las disposiciones que estimamos indispensables para que el tránsito a la restauración de la legalidad democrática y republicana se efectúe dentro de un criterio de eficacia, seguridad y equidad:

a) Nombramiento de personas de confianza para la dirección provisional de todos los organismos culturales.

b) Continuación de todos los funcionarios en sus puestos hasta nueva orden, responsabilizándoles de la continuidad de los servicios.

c) Concesión de toda clase de facilidades académicas, administrativas y económicas, para todos los dañados por la persecución y las medidas arbitrarias del franquismo, tanto profesores, como titulados, como estudiantes.

d) Confección de planes de adaptación para los estudiantes que por estar en la primera mitad de sus estudios -de enseñanza media o superior- no sea conveniente que persistan en los planes dictados por el franquismo.

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El Consejo Rector de la U.I.L. Ofrece este proyecto de programa cultural de la Resistencia Española, a sus afiliados en primer lugar; después, a los organismos de unidad de los partidos de la Resistencia Republicana; al legítimo Gobierno de la República Española; y a todos nuestros compañeros, los intelectuales exilados, a los que moralmente consideramos dentro de nuestra organización; y al pueblo español en general, este pueblo al que nos sentimos entrañablemente ligados como la parte al todo y que lleva diez años ya de sacrificio y de lucha, con un estoicismo y con una entereza que le capacitan para exigir ante el mundo el derecho a regir sus propios destinos.

España, el 1 de Mayo de 1.946

Documentación copiada del original del Archivo de mi padre Felipe Camarero Ruanova.

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