Hoy ha sido un día curioso. El Ayuntamiento de Valencia ha tenido el pleno con el debate del Estado de la Ciudad, debate que se celebra después de 20 años de supresión por la antigua alcaldesa y actual senadora del grupo mixto.
Además de la rutina política.
Intervención del alcalde Joan Ribó y de las intervenciones de los distintos portavoces de València en comú (Jordi Peris), del PSPV (Sandra Gómez), de Compromis (Pere Fuset), de C’s (Fernando Giner) y del PP (Eusebio Monzó).
También se ha producido la intervención ciudadana en dos dimensiones una con la protesta contra los concejales del PP imputados que se mantienen en el ayuntamiento (malestar ciudadano contra los presuntos corruptos) y por otra de representantes de comerciantes y de vecinos.
Más allá de los legítimamente elegidos, la recuperación de la participación ciudadana directa en las instituciones públicas es un acercamiento a la democracia activa. Recepción de protestas, críticas y propuestas evidencian un acercamiento a la ciudadanía. Pero habría que valorar la importancia de la ausencia de quienes también opinan y no disponen de tiempo libre para acercarse a unos debates en plena jornada laboral.
Es curioso las encuestas no se suelen hacer a la gente que está trabajando o estudiando, por el horario en que se realizan.
La participación en las instituciones no se suele hacer con la población activa, por el horario en que se realizan.
Las cuidadoras o cuidadores que acompañan a votar a las personas de la tercera edad, con los sobres cerrados no se sabe por quién, no participan nada más que con su silencio.
Los barrios y sus juntas municipales deben ser espacios abiertos Han de disponer de información sobre la actividad que se lleva a cabo en el barrio. Han de saber la deuda que había cuando entró el nuevo gobierno municipal y a que dedica el nuevo gobierno los dineros de los ciudadanos en cada barrio y en la ciudad. Han de ser el cauce de las propuestas, críticas y quejas con un compromiso de respuesta. En suma han de ser el cauce de comunicación real con el vecindario y permitir la aportación de iniciativas posibles e informar de las causas que motivan que otras se descarten.
Ya se sabe que Madrid, y soy animal nacido en Madrid, es la sede de un gobierno en funciones que trata a los gobiernos electos como sus clientes a la hora de distribuir los recursos públicos. Eso caracteriza al Partido que lidera Don Mariano. Ahora bien no son los madrileños los contrincantes. Es un gobierno que destruye, o al menos lo intenta, todo proyecto político que ve peligroso y al que estrangula reduciendo los recursos económicos si puede y diciendo lo que no dijo a quienes generaron la deuda, que curiosamente eran los suyos.
Hay que ser capaces de conectar, construir, acordar y explicar cada acto y cada paso a la ciudadanía. Es difícil, pero ese es el reto. Es complicado vencer la influencia de los entretenimientos embrutecedores, aunque sean tradicionales. Pero no se pueden modificar las tradiciones sin haber obtenido un respaldo real para llevarlas a efecto. El resultado puede ser el opuesto.
Avancemos en nuestros barrios. Expliquemos que la realidad es la que es y no la que nos quieren hacer ver.