Demócrito. Unión de Intelectuales Libres nº 27

UNIÓN DE INTELECTUALES LIBRES.- Hoja editada en Madrid, correspondiente a la segunda quincena de Julio de 1946. Año II. – Nº 27. (Ejemplar disponible en la Hemeroteca Municipal de Madrid)

LLAMAMIENTO DE LAS MUJERES INTELECTUALES ACTUALMENTE ENCARCELADAS, A TODAS LAS MUJERES LIBRES

“ Un grupo de mujeres intelectuales que sufren encarcelamiento y soportan vejaciones sin límites, de aquellos que pretenden erigirse en defensores de la civilización y la cultura, se dirige hoy desde DEMÓCRITO a todos los intelectuales libres de España, para golpear con la fuerza de la razón su sentido de la responsabilidad y subrayarles el deber de cumplir su misió de lucha, por la libertad de pensamiento y de conciencia. No vamos a hacer un llamamiento a la unidad de todos los intelectuales antifranquistas porque no creemos que pueda haber nadie, que a estas alturas ponga en entre-dicho la necesidad de la unidad ni lleve a cabo el menor acto que pueda restar fuerza a lo que para todos es una suprema y exclusiva finalidad: la liberación de la patria. Como intelectuales tenemos que cubrir nuestro puesto y saber dar combatividad a nuestra posición.

Somos intelectuales, pero no queremos que la posibilidad de saber se circunscriba a determinadas clases sociales, queremos que sea patrimonio exclusivo de la capacidad intelectual del hombre. Por eso hemos luchado contra el fascismo, por eso hoy sufrimos la pérdida de libertad, por eso hoy exigimos a todos los que de verdad sean intelectuales libres, que no consientan la [verguenza] de ver nuestros centros docentes, nuestras Universidades, nuestras Academias, en manos de quienes fueron fervientes paladines del obscurantismo. Una libertad para enseñar, sin tener que ajustarse a dogmas ni doctrinas de determinada religión. La religión no tiene por qué ejercer un control sobre la ciencia. Bien está que se estudien las religiones como sistemas filosóficos. Bien está que cada uno sea libre de ejercer aquella que sienta y pueda practicar sus ritos sin la intromisión de nadie, puesto que la libertad de conciencia y de cultos ha de ser respetada por todos, pero de eso a hacer de una de ellas centro fundamental de nuestra cultura hay un abismo. Nadie mejor que quien posee una cultura, puede luchar contra un régimen que encarcela y persigue a todo aquel que se permite el lujo de pensar por sí mismo sin ajustarse a los mandatos oficiales. ¡Cómo se puede permanecer insensible ante la humillación de ver figurar como [representantesde] la ciencia española a seres mediocres, que unicamente tienen en su haber una conciencia reptil y aduladora! Nunca estuvo nuestra patria más despreciada y nunca sufrió un estancamiento mayor su cultura.

Las mujeres intelectuales tenemos muchas más posiciones que defender que las demás mujeres. Con nuestro estudio y nuestro trabajo conseguimos en la vida un puesto igual que el del hombre. No fuimos solo la mujer de hogar, sino que podíamos llegar a los más elevados puestos de las ciencias, de las artes, de la política, y esto con el fascismo se ha perdido. Quien no sienta en falangista tiene cerradas todas las puertas y limitados todos los horizontes. Pues bien, estáis ante esta disyuntiva: un camino que os lleva a la liberación de la patria y otro que os lleva a la anulación como seres libres dentro de la sociedad. ¿Es que podeis vacilar en la elección? No os arredren ni prisión ni torturas; nosotras las sufrimos y hoy estamos más firmes que nunca en nuestro puesto.

Mujeres intelectuales, especialmente a vosotras os decimos; Venid a nuestro lado. Haced llegar hasta nosotras vuestra adhesión y vuestra simpatía, pero no solamente de un modo material, sino con vuestros actos de lucha, encuadradas en las filas de las organizaciones de la Resistencia, lo que será la mejor prueba de que sentís honda y fuerte la liberación de vuestro destino y la libertad de vuestra patria.”

PARA CONMEMORAR EL ALZAMIENTO FRANCO HA PUESTO EN LIBERTAD A 3000 RECLUSOS. ¿ PERO NO QUEDABAMOS EN QUE YA NO HABIA PRESOS POLITICOS

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HABLAR COMO QUERER, por “Imparcial”

Una vez más Franco ha proseguido su monólogo frente a los millones de españoles privados de los derechos de reunión y de expresión. Con un desprescio absoluto para el pueblo español -al que según manifestó no hace mucho en las Cortes falangistas considera incapacitado para autogobernarse- trata de presentar, contestando a las preguntas amañadas de uno de sus lacayos, un balance lo menos catastrófico posible de su gestión. La tarea es ardua pues resulta imposible convencer a veinte millones de seres hambrientos de que su hambre es ficticia, y a medio millón de familiares de fusilados que ahora es cuando se puede vivir en España. Ya no le basta con vituperar a la República, puesto que este régimen duró solamente cinco años y el suyo lleva diez en media España y siete en toda ella, sin haber hecho otra política que la represiva, ni haber sido capaz de evitar que el coste de la vida se hiciera seis veces mayor que entonces. Tiene que remontarse cincuenta o cien años atrás, achacando a la imprevisión de los gobernantes de entonces la culpa de nuestros males presentes, cuando los gobiernos fascistas que vienen [sucediédose] no han tenido más norma que la improvisación y el estraperlo, como lo demuestran centenares de hechos que constantemente se denuncian en la prensa clandestina, y los artículos técnicos que publican las más desapasionadas revistas extranjeras de economía. Franco llega en su cinismo y en su odio mal disimulado contra las naciones democráticas a decir que el coste de la guerra de liberación de la humanidad contra la opresión nazi no ha sido más que ganas de gastarse billones por el placer de matar hombres. Hay que recordar a este falsario criminal, que el no vaciló en sumir a España en una guerra ruinosa de tres años, levantándose contra un régimen que el pueblo se había dado democráticamente en las urnas. Ahí y no en las imprevisiones de los políticos de hace cien años es donde hay que buscar el origen de la ruina y la miseria actual de España. Si Franco no se hubiese sublevado, seguirían funcionando los transportes, habría yuntas para arar los campos, no existiria la crisis de la vivienda, los paises extranjeros comerciarían con nosotros normalmente, en una palabra, la economía española hubiera seguido su desarrollo gradual y hubiera aumentado el nivel de vida del pueblo español. Claro que ésto hubiera sido a expensas de [restrigir] en cierta medida los privilegios de los que sostienen a Franco, que por otra parte son los mismos que gobiernan de hecho en España desde hace bastante más de cien años: los terratenientes, los grandes financieros y sus brazos armados, con la espada el uno -el ejército- y con la cruz el otro -el clero-. Por eso estas clases sociales se sublevaron, porque sus intereses se habian hecho incompatibles con los de la mayoría de la nación, y ésta se disponía a cercenarlos, y por eso Franco no resuelve ni pretende resolver los problemas de TODA LA NACION, sino sólo los de sus amos.

LOS MONARQUICOS OPINAN

“España se encuentra hoy en una situación económica excepcionalmente grave. El pueblo español percibe a diario los síntomas: la inflación, la carestía de la vida, etc… Y hoy al barrutar los efectos que la guerra civil y una disparatada política tienen sobre nuestra menguada economía, en pleno período de reconstrucción, es cuando se hace más necesario un empréstito exterior, sin el cual la actividad española seguirá estancada, cuando no subterráneamente encauzada por los negocios ilícitos, el fraude y el desbarajuste. Pues bien: eso que España necesita no lo obtendrá nunca con el general Franco…”

“Está pasando ya que vivimos aislados, ajenos al mundo de los negocios, del comercio, de la industria, de la política. No hay pais por rico que sea que pueda sufrir ese aislamiento. Un dia se crea la Banca Internacional, y allí no está España. Otro dia se constituye una entidad encargada de la distribución de víveres y del intercambio de productos de primera necesidad, y allí no está España. Con este régimen, España es incapaz de política exterior. “ (HOJAS INFORMATIVAS. núm. 29. órgano clandestino del movimiento monárquico.)