¿Qué está pasando?
Las élites políticas de las antiguas potencias occidentales imperialistas (representadas por los estados- nación de USA, United Kingdom, France, Deutschland, Österreich, Nederland, España, Portugal) han sido incapaces de evolucionar hacia un modelo de nuevo tipo, en que la centralidad no se concentra en la hegemonía de uno de ellos.
Es una de las causas que motivan la lejanía de su influencia internacional y que repercuten en sus propios modelos de insatisfacción de los ciudadanos de sus estados nación.
La centralidad occidental en el siglo XVI era de las coronas Hispano-austriaca y lusa, que pasaron a un segundo nivel a partir de finales del XVIII.
La centralidad occidental en el siglo XVII es resultado de la pugna entre las élites de los británicos, holandeses y franceses, intentando desplazar a las coronas Hispano-austriaca y en menor medida a la lusitana.
El siglo XVIII se muestra como la gran pugna por la centralidad de las coronas británicas y francesas que han reducido la influencia de hispanos y lusitanos. Recordando el final del siglo hay dos grandes cambios con la Revolución americana del norte, (independencia colonial de USA) y con la francesa.
El siglo XIX es en principio mera continuidad de la decadencia de los reinos de viejo tipo (España y Portugal) perdiendo en ambos casos sus colonias americanas. Pero lejos del gran reparto africano y asiático, aunque ambos mantienen su presencia en Africa y Asia hasta fin de siglo. Pero lo que si es evidente es comprobar como entran en ambos continentes el Imperio Británico y el Imperio-Monarquía-República-Imperio-República francesa.
Hay dos grandes occidentales que empiezan a sobresalir en el XIX, pero que no tienen una gran importancia hasta finales de siglo:
USA, que se expande por el oeste hasta el Pacífico, laminando a la población nativa, reduciendo el territorio mexicano y por el sur liquidando un sistema esclavista. Sus ojos se centran en los residuos coloniales hispanos en el continente americano y asiático.
Prusia, tras la unificación alemana 1870, quiere disputar el privilegio de la apropiación de las materias primas de Africa.
El siglo XX se inicia de forma tradicional. Recordemos la I (1914-1918) y II (1936-1945) guerras mundiales. Los actores finalizan con un pacto hegemónico que cede el papel protagonista a la nueva potencia USA, pero que con las «independencias» africanas y asiáticas permite un statu quo y dicen que entre seres civilizados no hay que matarse solamente competir, aunque promuevan las matanzas en los continentes africano, americano y asiático. Todo sea en beneficio de las complacientes sociedades occidentales.
He aquí que el siglo XXI se inicia de otra forma ahora denominada neoliberalismo, globalización, libre mercado, libre circulación de capitales … pero persiste la poscolonización en los tres continentes. Ahora no son intereses de estado, ahora son nuestras grandes empresas (lo de nuestras es un decir, siguen siendo de una minoría con sedes de conveniencia) las promotoras de la obtención de recursos naturales a «sus precios de mercado».
Pero donde está el cambio los beneficios que se obtienen no se reparten mayoritariamente entre los occidentales. Hay otras capas dominantes que participan en el reparto de beneficios China e India, los restantes emergentes pueden caer (Brasil, Venezuela, Argentina, México, Ecuador) y tiene consecuencias en la insatisfacción social que mira a lo diferente como motor de su perdida de trabajo, ocio, calidad de vida, … Si le añadimos el envejecimiento de la población occidental, que deriva en respuestas conservadoras en relación con lo que consideran como perdido, antes se trabajaba, pero se prosperaba … Si le añadimos la educación occidental de masas vinculada a los logros inmediatos, al valor de lo superfluo, a la mitificación del analfabetismo … Si le añadimos la incapacidad de adaptación del sistema democrático convencional asociado a elecciones en la que los representantes gestionan lo público como propio …
Las erupciones cutáneas están servidas. TRUMP, BREXIT, ULTRADERECHA Holandesa, Húngara, Austriaca, Polaca, Griega …