POR PRINCIPIOS
Ayer me comentaba un amigo que por humanidad le parece bien que cuando hay una persona a la que se pueda salvar la vida bienvenidas sean todas las medidas que se adopten. Me refiero a la repatriación del misionero Miguel Pajares. Pero es un despropósito absoluto que se cierre un hospital en la Comunidad de Madrid, cuando los ciudadanos madrileños padecemos monstruosas listas de espera, en situación similar están las otras comunidades españolas, que tienen sus vidas en peligro por retrasos en las pruebas médicas.
Vayamos por partes, en un período que se rige por la eficacia y eficiencia económica (siguiendo las recomendaciones del FMI y de la Unión Europea), que desprecia la vida, la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, la dependencia, la discapacidad, la prevención de la violencia de género de los ciudadanos, por solo citar alguno de los grandes desprecios de políticas que pagamos todos con nuestros impuestos.
¿Quién asume estos gastos?
1) La organización que tenía desplazado a este Misionero estaba al corriente de pago de las cuotas de Seguridad Social. Tenía el seguro obligatorio para los desplazados al día.
2) La organización o su seguro que tenía desplazado a este Misionero va a hacerse cargo del coste de traslado desde Liberia.
3) La organización que tenía desplazado a este Misionero va a asumir el coste del cierre del Hospital Carlos III, de los costes de personal, de su tratamiento y de la suspensión de citas y servicios a los ciudadanos.
4) La medicación y el tratamiento de este Misionero va a ser hecha con cargo a sus ingresos o de la organización que le tenía desplazado.
5) En suma ¿quién va a pagar? No me vale España o el Gobierno, pues los recursos que tiene provienen de impuestos y no de limosnas para ejercer la caridad para quién le interesa al gobernante de turno.
6) Cómo va a repercutirá el cierre del hospital en la atención de los ciudadanos. Por ejemplo si yo tenía una revisión o unas pruebas pedidas en abril y que se iban a realizar en septiembre en ese hospital, alguien me garantiza que no voy a correr peligro.
¿Desde el punto de vista de la salud pública de los ciudadanos españoles?
Es recomendable importar un brote epidémico a un país que no tenía, al menos que se sepa, ningún riesgo de Ebola. Me parece que vulnera todos los protocolos de la Organización Mundial de la Salud. Gracias al Gobierno de España y de Madrid hemos procedido a importar el virus del Ebola.
Si alguno de los que han participado en el traslado y en el tratamiento muere por Ebola será un accidente laboral y tendrá que asumir su muerte y sus pensiones de viudedad y orfandad España.
Si existe el más mínimo contagio y muerte por Ebola en España habrá un responsable que es el presidente de Gobierno de España y el presidente de la Comunidad de Madrid. El primero por autorizar el traslado y el segundo por autorizar el uso de un hospital en Madrid.
Es posible que el gobierno y el parlamento hayan decidido repatriar de la misma forma y utilizando los mismos medios a cualquier ciudadano español infectado por un brote epidémico en cualquier lugar del mundo.
¿Desde el punto de vista humanitario?
No habría sido mejor promover la inversión de instalaciones adecuadas en Liberia para atajar el brote de Ebola para todos los afectados en el lugar donde se localizan la epidemia (incontrolada), pero localizada.
No me da miedo importar el ébola o, mejor dicho, me trago con gusto el miedo que me pueda dar. Hay cosas por las que merece la pena exponerse a un riesgo, y salvar vidas es una de ellas.
Sin embargo, lo que sí me parece una barbaridad es poner por delante el populismo y la política a la salud pública y la humanidad. Me explico: por lo que ha costado el traslado de Miguel Pajares, se podría haber trasladado a un equipo que reviviera el hospital de Monrovia y haber establecido una cabeza de playa sanitaria para, de verdad, salvar vidas y no para darle unos cuidados paliativos a un único paciente -eso sí- español.
He leído comentarios sobre que tal operación saldría considerablemente más cara. No se vosotros, pero yo prefiero gastar la pasta de mis impuestos en esas cosas en lugar de rescatar bancos.
También he leído que no habría voluntarios para meterse en la boca del lobo. Quien afirma tal despropósito solo muestra un desconocimiento enorme de nuestros profesionales sanitarios. No creo que se pudiera trasladar a todos los que se ofrecerían para trabajar allí.
Para lo único que sirve la parafernalia que se ha montado es para demostrar una vez mas que a este gobierno la vida humana se la trae al pairo, y que la supuesta moral católica no es más que una inmoralidad disfrazada con sotanas y hábitos. En las películas de misioneros, el curilla es el último en largarse, intentando salvar a toda la comunidad. Este elemento ha gritado socorro para que, como cura blanco y español, le saquen del infierno dejando allí al resto, incluyendo sus «hermanas» de confesión. Y el Vaticano, callado como una puta. Todo un ejemplo de caridad cristiana…